Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Comunidades Aborígenes

Introducción
 


Manuel maipan.

Dentro de nuestro continente, aún subsisten pueblos verdaderamente americanos. Son los últimos representantes de aquellos hombres que, a través de milenios, poblaron este continente, conquistaron selvas, desiertos, largas playas y las alturas inconmensurables de las montañas.

En la lucha de estos hombres por la sobrevivencia, desarrollaron una cabal comprensión y entendimiento de los distintos territorios que habitaron, su clima, flora y fauna.

Algunos domesticaron plantas y animales desarrollando complejas economías agrícolas y ganaderas, que a veces alcanzaron organizaciones de tipo estatal.

Otras más aisladas y, quizás menos exigidas por el medio que habitaban, mantuvieron por largo tiempo sus economías basadas en la caza y recolección.

La invasión europea fue tan fuerte y sus efectos tan drásticos, que en menos de un siglo ya había cambiado por completo la faz étnica de este continente.

Hoy, los verdaderos americanos son minorías dentro de los países de América. La sociedad mayor, generalmente mestiza, ha adoptado formas culturales occidentales y cristianas.

En general, resulta difícil, por decir lo menos, la convivencia de estas minorías étnicas dentro de la sociedad mayor, por conflictos de intereses.

Así estas sociedades, se han visto desplazadas a posiciones desmedradas, ocupando por lo general tiesas de mala calidad o escaso valor, con problemas económicos, sanitarios y lo que es más grave, con un grave deterioro cultural debido a que les son impuestos valores y modos de vida ajenos a sus sistemas tradicionales.

La sobrevivencia de estos pueblos en el mundo industrial contemporáneo plantea un verdadero desafío al científico social: encontrarles una posición y un papel que jugar dentro de los planes de desarrollo nacionales, en los cuales se valorice debidamente su individualidad cultural, se aproveche la admirable simbiosis que tienen con el medio natural y se les mantengan sus valores e identidades, cuya pérdida sería inseparable para el patrimonio cultural de la humanidad.

En este sentido, Chile tiene el privilegio de contar entre sus habitantes con alrededor de medio millón de individuos pertenecientes a un grupo indígena que primitivamente ocupó el centro sur del país, y de cuyo mestizaje con el europeo surgió la nacionalidad chilena.

El español acostumbraba dar a los indígenas el nombre del lugar que habitaban. Son corrientes las menciones de indígenas imperiales, purenes, tucapeles, etc. Es así como a los integrantes del pueblo que ocupaba Arauco, uno de los principales "estados" indígenas, se les denominó araucanos.

El primero en usar de este nombre en un sentido más genérico, para designar a todos los indígenas que habitaban el sur de Chile hasta Chiloé, fue don Alonso de Ercilla precisamente en su monumental poema épico La Araucana.

Quizá por esta razón, este apelativo se popularizó, usándose aun hasta nuestros días como un gentilicio aplicable a todos los pueblos que hablan la lengua mapuche.

Debido a la imprecisión del término araucano y, fundamentalmente a que por respeto a los pueblos, hoy se recomienda denominarlos con el nombre que ellos mismos se dan, es que actualmente se usa el término mapuche para individualizara aquellos que los españoles encontraron ocupando las actuales regiones de la Araucaria y Los Lagos y cuyos descendientes viven en estas mismas tierras hasta nuestros días.  


Fuente: Cultura Mapuche - Editado por el Departamento de Extensión Cultura del Ministerio de Educación de Chile - Julio 1986.

 



 
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