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"Portal a los Hielos Eternos"

Arte y Cultura

Los Sueños de Cohanaco

 


Tehuelches.

Si se hubiese gestado en la Argentina el célebre género cinematrográfico, que tanto atrapó al mundo, con sus historias de vaqueros e indios, seguramente Los sueños de Cohanaco podría clasificarse como un "Southern".

La impronta del desierto patagónico, aquel lugar lejano siempre asociado con el fin del mundo, es el escenario en el que se desarrolla esta obra protagonizada por el cacique Cohanaco.

Pero este jefe no está sólo: su fiel ayudante Orkeke, sus dos mujeres, un criminal chileno y un cautivo inglés lo acompañan en un verdadero trance tehuelche que nos transporta constantemente al pasado, al futuro y nuestro presente-, a través de las vivencias oníricas del gran jefe que parecen vaticinar un porvenir tan triste como actual.

Pero entre los muchos enredos que entretienen a los personajes de esta obra, que se estrenó recientemente en el teatro San Martín, se agrega uno en particular, que es en parte la esencia de un mundo que proponen Chaud y Halperín para evocar a los indios: el problema del lenguaje.

Tehuelche, español e inglés se mezclan en los oídos de los espectadores en un único formato, el español. Sin embargo, entre ellos se entienden y no se entienden, lo que genera una situación que colabora con el humor de una pieza que aborda una temática eternamente dejada de lado: los pueblos originarios.

Los sueños de Cohanaco no es entonces un ensayo histórico, ni un tratado antropológico. Es una ficción inspirada en los indios tehuelches y en la peculiar idea de la desaparición de un pueblo que habitó un territorio inmenso durante más de 10.000 años.

Es una obra de aventureros, de villanos y de raras relaciones amorosas que en muchos momentos nos sorprende abordando problemáticas que se parecen extrañamente a las que sufrimos en la actualidad.

¿O acaso los aborígenes no pudieron tener problemas de alcoba o mostrarse inconformistas como muchas personas en este presente que tienen deseos que no logran concretar?.

El espectáculo está dirigido por Mariana Chaud, y cuenta con las actuaciones de Santiago Gobernori, que compone a un cacique inolvidable, Daniel Cúparo, fuerte y no menos entrañable, William Prociuk, quien lleva con sutileza a un inglés con sentimientos encontrados para con los indios, Agustín Ritano, se pone en la piel de un chileno malvado y sumamente querible, Luciana Acuña, la obstinada y despechada Patitas, Claudia Mac Auliffe, quien hace de una chica tehuelche muy especial y un tanto frívola, y por último, Elisa Carricajo, quien llena de misterio los sueños del cacique.

La toldería, el piso de tierra y arena, el fondo de la meseta patagónica, entre otros elementos, que conforman la escenografía fueron diseñados por la escenógrafa Alicia Leloutre, la iluminación está a cargo de Gabriel Caputo, un muy acertado vestuario es responsabilidad de Carolina Sosa Loyola y, por último, el trabajo de Emilio Haro en la música hace que la pieza resulte por momentos un verdadero sueño.
 


Créditos:

  • Publicado en el Sitio La Nación. (10/05/10)
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