Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Colaboraciones - Carolina Podestá

"Orson Welles o noche de paz"

 


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"Marzo 17, 2003"

No dije que voy a un gimnasio de mujeres en la capital Erbil. Lo dejaré para los próximos días cuando pase el fenómeno de Orson Welles o cuando mis noches ya no sean en paz (ya me explicaré).

Lo cierto es que Halala hoy llegó vestida de negro y comenzó a mirarse el cabello [noté que para ella era importante porque hace unos días Halala le dijo a la profesora de origen iraní: si tuvieras el pelo largo y yo fuera un hombre, te pediría que te casaras conmigo].

Halala siempre recoge a su pelo en una cola de caballo, ésta casi le llega a la cintura y está decolorada en tono rojizo.

Como decía, Halala hoy se miró el cabello y nos dijo: "Jamás tuve el pelo tan hermoso y ésta es una razón para no querer morir". Hoy, la ciudad amaneció anestesiada, con un ritmo mucho más lento que el habitual y la gente compraba plástico en el bazar para sellar las ventanas de sus casas.

El Partido Marxista de Kurdistán está distribuyendo panfletos en que se explica cómo fabricar máscaras antigases caseras ( a base de una mezcla de carbón, flores y sal) y de cómo proteger a las casas con nylon en caso de ataques con armas biológicas.

El metro de plástico aumentó en un día a más del doble: antes costaba 2 dinares y ahora 5. Las chicas del gimnasio también me contaron algo que salió en las noticias: hace unos días un hombre envolvió a toda su casa con plástico. Luego puso a sus tres hijos adentro y cocinó cebollas (así huelen los gases) en el patio.

Entonces les preguntó a sus hijos si olían algo y respondieron que cebollas. "Los plásticos no funcionan", dijo Amira mientras encontraba en la charla una buena excusa para exagerar una pausa.

La mayoría de los locales, pero también los periodistas extranjeros, creen que todo empezará entre esta noche 17 de marzo y mañana (los Bush adoran esta fecha: el padre inició la guerra del Golfo un 17 de enero de 1991, el hijo da un ultimátum al mundo un 17 de marzo del año en curso).

Si lo pienso tranquilamente, me parece ilógico el pronóstico. Me parece que responde a un efecto en cadena similar al que creó Orson Welles en el programa radial en que anunciaba una invasión extraterrestre y cientos de personas se descontrolaban e incluso se suicidaban.

Pero puedo pensarlo diferente, ponerme a ver qué es lo que hasta ahora guarda coherencia en todo este proceso. Y entonces pienso que ésta puede ser mi última noche en paz.

En este minuto truena en el norte de Irak y me pregunto si el sonido es un simple fenómeno meteorológico o maniobras más allá de las nubes. El cielo se vuelve gris oscuro y en el límite preciso de la urbanidad, allí donde hay llanura desierta, se ven caer mejor los relámpagos.

También empiezan sincrónicamente los rezos en toda la ciudad, y en este contexto, se transforman en una metáfora divina: pasará lo que tenga que pasar, dicen acá mientras se arrodillan sobre la alfombra.

Ojalá que todas las noches que estén por venir, vengan y vayan en paz.

 



 
Colaboradores
C. Podestá
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