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La perseverancia de una nadadora de Caleta que no tiene pileta en su ciudad

 


Sol Ceballos Zavagno, de tan sólo 14 años, jovencita de 1,70 metro de estatura y de figura espigada, es alumna de la Escuela Industrial N° 1.

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  • El cierre del único natatorio que posee Caleta Olivia se produjo cuando un temporal de lluvia y viento arrancó chapas del techo de la estructura edilicia que tiene más de medio siglo de existencia, pero al mismo tiempo dejó al descubierto otras falencias debido al paso del tiempo.
    El municipio tuvo que realizar una fuerte inversión para las reparaciones y promete reinaugurarlo el 8 de diciembre, recuperando de esta manera un vital escenario deportivo para la comunidad.

    Lo que probablemente no podrá recuperarse, son numerosos nadadores que ya abandonaron definitivamente prácticas y competiciones.
    Sin embargo, Sol Ceballos Zavagno, de tan sólo 14 años, no se resignó y continuó entrenando en el natatorio de Cañadón Seco, y cuando éste también estuvo algunos meses cerrado por refacciones, viajaba frecuentemente a Pico Truncado para utilizar el de esa ciudad, acompañada por su madre, la docente de escuela primaria Marina Zavagno, o por su padre, el profesor de educación física Luis Ceballos.

    Incluso ellos le compraron un traje de neoprene para que, como último recurso, pudiera entrenar en el mar, siempre y cuando el oleaje no hiciera tanta diferencia con el desplazamiento hidrodinámico que confiere un natatorio.
     


    Talento innato

    Ya a los 7 años dejó en evidencia que iba a ser una buena nadadora, y fue recibiendo el apoyo de los profesores Claudia Quillinano, Gladys Valeiras y Gustavo Mercado. Finalmente, este último se convirtió en su actual entrenador.
    Su primera intervención fue en un encuentro provincial que se hizo en Puerto Deseado, donde ocupó el tercer puesto en los 25 metros estilo libre. Allí le dijeron que tenía “madera” de campeona.

    A los 12 compitió en Perito Moreno y en una de las pruebas de 50 metros no sólo ganó, sino que empleó un tiempo inferior al que establecieron los varones de su misma edad.
    En 2013 se aprestaba a ser la sorpresa en los Juegos Evita Provinciales, pero una apendicitis le impidió concretar su anhelo.

    En 2014 volvió con más ímpetu y entrenó donde le fuera posible para los Evita provinciales que se realizaron en el natatorio municipal de Perito Moreno, siendo la única representante de Caleta Olivia.
    Los resultados fueron magníficos y retornó a su casa con seis medallas, tres de ellas de primeros puestos: 50 metros espalda, 50 mariposa y una de posta, que integró como refuerzo del equipo de Gobernador Gregores.

    Esto hizo que pudiera estar en el plantel provincial que hace pocos días, del 8 al 15 de noviembre, interviniera en la instancia nacional de los Evita que tuvieron lugar en Mar del Plata, logrando el 18° lugar en los 50 metros libres, el 23° en los 50 metros espalda, el 26° en los 50 metros mariposa y el 36° en los 100 metros libres, en todos los casos compitiendo con más de cien nadadoras por cada prueba y en series por tiempo final directo.
     


    Contra la adversidad

    Es probable que si hubiera estado en condiciones el natatorio de Caleta, su performance hubiese sido aún mejor, pero ahora ya piensa en que las cosas van a mejorar, por lo cual prepara su incursión en los Juegos de la Araucanía 2015.
    Incluso meses atrás viajó a Sarmiento, para asistir a una clínica que dictó el ex olímpico José Meolans, donde prestó gran atención a técnicas de partida, hidrodinamia y vueltas.

    “Necesito una pileta porque no tenerla es un gran obstáculo para mejorar el nivel competitivo y, en cierta manera, siento bronca e impotencia”, comentó Sol en una charla informal que mantuvo con Diario Patagónico.

    Por una extraña coincidencia, esta jovencita de 1,70 metro de estatura y de figura espigada, es alumna de la Escuela Industrial N° 1, cuyas instalaciones no se pueden utilizar por deficiencias edilicias.

    En definitiva, no tiene pileta ni edificio escolar, pero a pesar de ello persevera. Y ese es un digno ejemplo de perseverancia que no puede pasar desapercibido.
     


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