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Economía

Aarón Castellanos
 


Aarón Castellanos.

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  • Contrajo matrimonio en Buenos Aires, el 17 de junio de 1826, con Dña. Segundina de la Iglesia y Castro. Muere en Rosario el 1 de abril de 1880, lugar donde residió en los últimos años de su vida.
    Pasa sus primeros años en Salta. Fue hombre o soldado de Güemes, durante la guerra con los realistas del Alto Perú. Finalizadas estas luchas comienza su carrera como empresario, ya que hace fortuna como minero en el famoso centro de producción de oro y plata ubicado en Pasco, principal centro minero del Perú.

    Consolidada su posición económica, intenta llevar adelante diversas empresas, proyectos y negocios con resultados variables. Se le reconocen como características personales ser un hombre activo, inteligente, inquieto y muy emprendedor. Un rasgo característico que es posible apreciar en los proyectos y obras de Castellanos es que: cuando tiene un proyecto, este es de gran alcance o tiene una proyección que excede lo personal, y su eventual concreción no solo puede favorecerlo a él, sino que es también de interés para el Estado o la comunidad.

    Su propuesta era explorar el Río Bermejo para abrir una vía rápida de comunicación entre estas dos regiones, (provincias de Salta y Buenos Aires, a través de los ríos Paraná, Paraguay y Bermejo) interrumpidas después de 1810, por los desórdenes internos del país. Logra la concesión del proyecto. Mientras lo estaban realizando en 1824, su socio accionista Pedro Soria y algunos de sus hombres, son apresados por el entonces Dictador Perpetuo del Paraguay, Dr. Francia. Algunos miembros de esta expedición son retenidos en el Paraguay por cinco años. No hay certeza si Castellanos debió quedarse con sus compañeros retenido o recuperó antes su libertad. Es de suponer esto último, ya que en 1826 contrajo matrimonio, y en 1829 se encontraba prestando una fuerte suma de dinero al Gobierno de Salta, suma que nunca le fue reintegrada.

    Ante el fracaso de su empresa, la perdida de su dinero y fundamentalmente sus ideas contrarias a Rosas debe emigrar del país y radicarse en Francia para educar a sus hijos y estar alejado de las luchas civiles.

    En 1852, cae Rosas. El gran revuelo político que causó y la idea general que había en todos los círculos, incluso europeos, de que finalmente la Argentina se organizaría bajo una constitución y las nuevas posibilidades que seguramente esto ocasionaría no pasó desapercibido por Castellanos. Su mentalidad de empresario vislumbró y calculó que todo podía cambiar. Argentina debía integrarse al mundo y también debía integrarse a sí misma. La idea de Urquiza, quien estaba al frente del poder central, era traer inmigrantes, entre otras cosas que él pensaba que la Argentina debía hacer, para salir del estado en que se encontraba después de tantas luchas civiles y más si se lograba la organización nacional.
    Castellanos conocía a estas inquietudes y necesidades de Urquiza y ese fue su razonamiento, ya que, aún estando en Europa contrata en Inglaterra un proyecto de Ferrocarril para unir Rosario con Córdoba. Con este proyecto volvió a la Argentina en 1852, interesó a otros capitalistas y tuvo conversaciones con el Gobierno de la Confederación Argentina en Paraná.

    Su proyecto sobre el ferrocarril no es aceptado. Pero a Castellanos "si se le caía un proyecto", esto no lo amedrentaba porque traía otros que presentó a los dos gobiernos que había y coexistían, en lo que es hoy la República Argentina, golpeando puertas tanto en Paraná, capital de la Confederación Argentina y en Buenos Aires, capital del estado de Buenos Aires que desde 1852 hasta 1860, estuvo separado del resto del país. Esa era la situación política argentina. Y para Castellanos, de acuerdo a esa realidad política, este su gran proyecto inmigratorio:

    "Dos zonas se le presentaban como las más aptas para ser colonizadas por los europeos: la parte sur de la provincia de Buenos Aires -que incluía toda la zona patagónica- y la provincia de Santa Fe. Hasta tanto no se habilitaran los ferrocarriles que comunicarían el litoral con las provincias del interior, la población debía hallarse cerca de las grandes vías naturales de comunicación, es decir, el mar y los grandes ríos... Castellanos había presentado en 1852 al Gobierno Nacional, el proyecto de colonizar con familias agricultoras, del Río Negro a la Cordillera, el Río Chubut y todo lo que fuese productivo hasta Magallanes, y pidió la península de San José (N. del A.: actual península de Valdés) por créditos que se le adeudaban; península donde pondría una cría de ganado. El Director provisorio de la Confederación, General Urquiza, consideróse inhibido para tratar sobre tierras públicas por entonces y desechó esta solicitud de Castellanos..."

    Ante el rechazo Castellanos decide jugar su segunda carta: se dirige a Santa Fe, una provincia poco poblada, necesitada de cambiar su economía casi exclusivamente pastoril, acotada entre el Río Paraná y unas pocas leguas hacia el Oeste. Para ejemplificar podríamos decir que Santa Fe era una franja costera, desde casi San José del Rincón, bajando por Santa Fe, Coronda, la villa del Rosario y las postas y villorrios hasta llegar al límite con Buenos Aires, el arroyo del Medio.

    En un folleto que Castellanos publicó en 1877 “ Colonización en Santa Fe y Entre Ríos y el ferrocarril de Rosario a Córdoba” explica lo que propuso entonces al gobierno de Santa Fe “Mi intención era poblar el Chaco con mil familias agricultoras traídas de Europa, no para guardar sus fronteras ni sus haciendas, porque ni una ni otra cosa había, desde que los indios eran como dueños absolutos hasta los suburbios de la ciudad; pero sí para cubrir una parte de sus fértiles campos con agricultura, por cuyo medio sería una de las provincias más ricas y pobladas de la Confederación, siendo como era, entonces quizás la más pobre en habitantes y capitales.
    Y que, además, las mismas colonias serían la mejor salvaguarda de los campos, que quedarían a cubierto para entregarse con confianza a la cría del ganado, multiplicando así su riqueza.” Sus proyectos vuelven a fracasar fundamentalmente por la corrupción y la ineptitud de los gobernantes, son sus palabras las que mejor ilustran acerca de esta situación, es decir porqué no le dejaron continuar con su proyecto de colonización y fue apartado del mismo. Castellanos manifiesta:

    “Desde que regresé de Europa, advertí que corría por lo bajo, en algunos círculos y entre los congresales mismos también, que la aglomeración de extranjeros no convenía, porque se corría el riesgo de que ellos se apoderasen del país, y que era preciso desparramarlos.”
    “Creyendo o aparentando creer semejante absurdo, no tan solo fue desechado el contrato hecho a nombre del Gobierno Nacional, sino que ya se había resuelto también no cumplirme el que yo había celebrado con el Gobierno de Santa Fe, autorizado y garantizado hasta por el Congreso, (N. del A. Nacional) cuando se reunió, estando yo en Europa, ya en gestión de los colonos...”

    Posteriormente, ya desvinculado definitivamente de los proyectos que él había iniciado, Aarón Castellanos se radica en Rosario. Allí, en 1859 adquiere un muelle privado, que hizo trabajar hasta su muerte. Entre 1861 y 1868, fue miembro de la Municipalidad de Rosario, Jefe Político y Presidente del Consejo Ejecutor Municipal. También fue designado por el Presidente Mitre integrante de la Comisión Protectora de la Inmigración.

    Lo apuntado hasta aquí, es el resumen que se puede hacer acerca de él, basándonos en los pocos datos biográficos existentes. A esta carencia de información sobre su vida personal, se contrapone una abundante bibliografía sobre uno de sus proyectos, que adquirió renombre nacional: esto es la fundación de Esperanza, en la provincia de Santa Fe. Si analizamos esta empresa es posible encontrar algunos aspectos más de la personalidad y de las intenciones de Castellanos.

    En el año 1853, "...el célebre contrato del 15 de junio de 1853, considerado con razón como el acta de fundación de la primera colonia de agricultores europeos, duradera y de real trascendencia, establecida en el país..." cuando firmó el contrato de Colonización, con el Gobernador de Santa Fe, Domingo Crespo, Castellanos se comprometía a traer 1000 familias "honestas y laboriosas" de labradores europeos en total, divididas en grupos de 200 familias, compuestas cada familia por 5 individuos útiles de más de 10 años de edad, radicando el primer grupo inicial en el término de dos años y antes de diez años, todo el contingente de 1000 familias. Por su parte el Gobierno Provincial, le daría a cada familia 20 cuadras cuadradas de tierra pública, para su labor, más una superficie de 4 leguas cuadradas alrededor de cada colonia, de propiedad de todos o común para el pastoreo de las haciendas que ellos pudieran tener.

    Al primer grupo de 200 familias, el Gobierno los habilitaría con ranchos, bueyes, caballos, vacas, harinas y semillas. Mientras que, las herramientas para arar corrían por cuenta de Castellanos, quien también correría con los gastos del pasaje y alimentación de los colonos, desde Europa a Santa Fe, (herramientas, ropas, arados).
    Castellanos para ayudarse en su proyecto de traer las familias creó una Sociedad de Colonos, suscribiendo acciones, entre los principales comerciantes y ganaderos de Santa Fe, para tener más respaldo.

    Es así, que en 1854, Castellanos se dirige a Europa, a buscar a los inmigrantes. El trabajo de propaganda y convencimiento que realizó allí resalta sus condiciones de organizador, de conocedor de los problemas que afectaban a las economías europeas, y de como aprovechar las expectativas que generaba el poder emigrar.
    Fue un trabajo formidable. Fue un verdadero triunfo lograr que un contingente de emigrantes se reuniera, creyeran en un contrato que ofrecía un desconocido, y pese a todos lo pronósticos, emprendieran finalmente el viaje a Sudamérica. Hay que destacar lo hecho por Castellanos. Si su propuesta tuvo éxito y credibilidad se debió también a la comprensión del problema que tenían los mismos países europeos que generaban emigrantes.

    Castellanos pudo traer 200 familias, pero no pudo traer las mil que había proyectado. Pero es innegable, que al poner doscientas familias en la llanura santafesina, estas fueron mismas fueron los mejores agentes de propaganda que el país podía tener, la llamada de boca en boca.
    Estos comenzaron a escribir, a contar como era la Confederación Argentina, como era Santa Fe, y comenzaron a llamar a sus parientes y amigos para que vengan. Castellanos había logrado cambiar parte del torrente inmigratorio mundial. Ahora sí ya había referencias concretas de que era la Argentina y cuales eran las posibilidades reales para los inmigrantes. Ellos mismos relataban sus experiencias.

    Actualmente sus restos descansan en el centro de lo que fue la llamada calle ancha que dividía según el contrato las dos secciones de la colonia, en lo que es hoy la plaza principal de Esperanza, al pie del monumento nacional de la Agricultura.
     


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