Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Ecología

Detectan venteo de un gas sulfhídrico
 


Las mediciones se hicieron «en boca de tanque».

El acta de inspección realizada el pasado 14 de octubre fue elaborada por el delegado para la zona norte del organismo provincial, Juan Heupel, quien fue acompañado por un dirigente del gremio mencionado.

Las normas legales prohíben ventear más de 15 partes por millón (ppm) y por las muestras tomadas con un detector Drager provisto por la empresa Bolland se constató que en varios casos ese rango de riesgo era superior a lo permitido y, en consecuencia, alarmante.

Las baterías o plantas de tratamiento «supervisadas» fueron identificadas como CE-2, 3, 4, 10, 11,17 y 22 y si bien en varias de ellas no se verificaron niveles anormales, algunas no tenían en su acceso los carteles con la advertencia de «Zona de peligro por presencia de gas sulfhídrico».

Las mediciones se hicieron «en boca de tanque» y en algunos casos se detectó que no había separador de gas o bien faltaba la válvula de presión y vacío, e incluso se observaron restos de viejos derrames en superficie.

La inspección tuvo también en cuenta un «informe de ensayo» que sobre diez baterías había requerido semanas atrás Repsol YPF, donde se detectaron niveles alarmantes de SH2.  


Parte de medición

En el acta al que tuvo acceso El Patagónico figuran detalles puntuales de la inspección que, como se viene expresando en este informe periodístico, no sólo se limitó a detectar el venteo del gas.

A modo de ejemplo en uno de los puntos anotados se expresa que en la Batería CE-22 «se toma la medición de gas arrojando 14ppm. Se utilizan productos químicos Busperse 242 con código de riesgo Azul 3, Rojo 1 y Amarillo 1 y DBC 4604 Azul 2 Rojo 4 y Amarillo 1.

La pileta de purga contiene restos de hidrocarburos en su interior. Se observan suelos empetrolados por cambio de posición de bomba». (En esta misma batería, según el informe de Repsol, del 27 de setiembre de 2002, el nivel de SH2 era de 57 ppm.).  


Comer con gas

Las investigadores también determinaron que en proximidades de una de las baterías, la CE-2, existe una casilla colocada por la empresa Geoservis destinada a comedor y albergue para cuidador, la cual «se encuentra mal ubicada con respecto al viento predominante en la zona, siendo un lugar de riesgo por emanaciones de gas».

Asimismo se dejó constancia que «no se observó cartel indicando peligro por presencia de gas SH2, a pesar que los análisis realizados el 27/02/02 determinaron 94 ppm.

No hay separadores de gas por lo que queda de manifiesto que el mismo es venteado».

Además se añade que «en el momento de la inspección se percibe fuerte olor a SH2 y ante las consultas realizadas por el señor Julio Alvarez al personal que trabaja en dicho lugar, los mismos manifiestan que los días sin viento el olor es percibido dentro del comedor».  


Intimación

Tras la elaboración del acta de inspección, la Subsecretaría de Medio Ambiente solicitaría a Repsol YPF que presente un listado completo de análisis actualizados de SH2 de «todas» las baterías donde haya presencia del mismo.

Asimismo requeriría que a su vez la operadora de yacimiento «intime en forma urgente a la empresa Geoservis a retirar del lugar actualmente emplazado las casillas de comedor y cuidador de la Batería CE 2».

Se exige también que «se arbitren los medios para no ventear gas» y «se provea al personal del distrito 1 de aparatos de medición de SH2, ya que en el momento de la inspección no había ninguno en funcionamiento».

Con esa misma tesitura se pide capacitar al personal de la contratista «sobre los riesgos de trabajar en presencia de SH2» y consecuentemente proveerlo de máscaras personales «para trabajos en presencia de SH 2, ya que en el momento de la inspección había una sola».  


Qué es el SH2

El gas sulfhídrico (Sulfuro-Hidrógeno 2) es un gas sin color y con olor a huevos empollados y una leve manifestación puede destruir el sentido del olfato.

La ley 19.587 que alude a la protección del medio ambiente y a la salud humana, establece que el volumen máximo de venteo permitido no debe superar 15 partes por millón (ppm) y para efectuar mediciones los operarios o técnicos deben utilizar equipos de respiración autónoma por razones de seguridad.

Para tener un panorama más claro de las consecuencias de este gas -de acuerdo a datos proporcionados por la Subsecretaría de Medio Ambiente-, se establece que una concentración de 100 ppm puede causar náuseas e irritación de ojos y garganta, además de pérdida del olfato.

Si la concentración llegara a las 500 ppm, se corre el riesgo de un trauma respiratorio y con 1.000 ppm un individuo pierde en forma inmediata el conocimiento y debe ser rescatado inmediatamente del área contaminada por riesgo de muerte o incapacidad permanente.

Una inspección que -a requerimiento de la Unidad Económica Las Heras de Repsol YPF- efectuara la empresa Epsilon SRL el pasado 27 de setiembre de 2002 en diez baterías, detectó que en siete de ellas se superaban las 100 ppm, de las cuales dos (la CE-10 y la CE-12) arrojaban una concentración de 710 y 802 ppm, respectivamente.

Precisamente este informe de ensayo y la denuncia del gremio petrolero fue lo que tuvo en cuenta la Subsecretaría de Medio Ambiente para realizar su propia inspección el 14 de octubre.  


Estracta:
Diario El Patagónico (23/10/03)

 



 
Artículos
Ecología
Página Principal