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La Sociedad Lunar: olvidada y fundamental para la Revolución Industrial
 


"Los Chicos de Oro" o también "Piedras Lunares".

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  • La Sociedad Lunar de Birmingham desapareció a principios del siglo XIX y, aunque sorprenda, no fue creada ni se dedicaba al estudio de la Luna y de los astros. ¿Por qué lunar? los miembros de la institución solían reunirse los lunes más próximos a la luna llena (muchos de ellos acudían desde lejos a las reuniones, que se prolongaban hasta bien entrada la tarde y preferían regresar durante noches claras).

    Por ese motivo, fueron y son conocidos como los "lunáticos" de Birmingham. Según el escritor y académico escocés Peter Ritchie-Calder, se trata de "una de las tertulias más importantes de la historia de la ciencia y la técnica": "Este grupo provinciano de fabricantes, inventores y científicos, que fijaban sus reuniones por la luna llena, transformó el saber y la técnica británicas de las postrimerías del XVIII".

    Fue fundada en 1765 por tres científicos importantísimos: el matemático y filósofo natural William Small, Matthew Boulton, pieza clave en el desarrollo de la primera máquina de vapor de Watt; y Erasmus Darwin, naturalista y abuelo del autor de El Origen de las especies. Con el paso del tiempo la institución creció hasta incorporar nombres como Josiah Wedgwood, Samuel Galton, William Murdock, James Watt, Joseph Priestley, James Keir y William Withering.

    Sin embargo, no se reunían de una manera "formal", como podría suponerse. En las reuniones nunca había más de 10 personas y sus sesiones se parecen muy poco a las de la Royal Society o la Academia Francesa. El ambiente era distendido, y los encuentros se desarrollaban entre las 2 de la tarde y las ocho de la noche, en las casas de sus miembros.
    Eran informales: "No se tomaba ninguna nota de las mismas; no había orden del día, ni actas, ni resoluciones, ni programas de acción", escribió Ritchie-Calder, quien recuerda que Boulton intentó formalizarlas en 1776.
    Entonces, ¿podemos saber de qué hablaban? Sí, gracias a las cartas que se intercambiaban y los diarios de Mary Anne Schimmelpenninck, la hija de Samuel Galton, anfitrión de los "lunáticos".

    "Una sociedad de hombres de letras y una sociedad literaria pueden ser muy diferentes. En el primer caso, los hombres ofrecen los resultados de sus serias investigaciones y detallan sus elaborados pensamientos. En el segundo, las primeras indicaciones de descubrimientos, observaciones en curso y contraste mutuo de ideas son de la mayor utilidad. Los conocimientos de cada miembro de una sociedad tal se difunden con el tiempo entre todos los demás, y un cierto 'esprit de corps', no contaminado por los celos, combina en algún grado los talentos de los miembros, trascendiendo los puntos de vista individuales", escribió el autor e inventor inglés Richard Lovell Edgeworth.

    ¿Cuál fue el papel de la Sociedad en la Revolución Industrial? Si bien Arkwright había patentado en 1769 el mecanismo hidráulico con el que transformaría la industria textil, muchos de los avances que lo siguieron no hubiesen sido posibles sin las reuniones. En ellas intercambiaban ideas Watt, Boulton o el industrial John Wilkinson. De hecho, la firma Boulton & Watt fue fundamental en el desarrollo de la Revolución y lo fue gracias a los aportes de Wilkinson.

    Algunos temas que trataron: Cuestiones relacionadas con la música, la literatura, la religión, ingeniería, física, química y, por supuesto, política (época de la toma de la Bastilla en París y de la revolución de las Trece Colonias en lo que sería Estados Unidos).

    "La Sociedad Lunar dio nueva vida a la ciencia británica, que desde el gran desarrollo científico que tuvo lugar a mediados del siglo XVIII, con Newton y sus contemporáneos, había ido declinando", explica Peter Ritchie-Calder en un artículo, "la Royal Society renació cuando hombres como Boulton, Watt, Priestley, Wedgwood y Franklin se sumaron a ella procedentes de la Sociedad Lunar".
    En 1813 ya estaba desarticulada y el principal motivo fue la edad y la muerte de sus miembros. Por supuesto: No era una institución formal, sino nada más y nada menos que un grupo de amigos y colegas apasionados.

    Fue "redescubierta" cerca de 1990, por la historiadora Rachel Waterhouse. A partir de entonces, comenzó a funcionar nuevamente y así se presenta en su página web: "Al igual que su ilustre predecesor del siglo XVIII, la Sociedad ofrece un animado foro para que sus miembros influyan en el cambio a través de ideas estimulantes, ampliando el debate y catalizando la acción. La Sociedad se relaciona con oradores de renombre nacional e internacional que incluyen científicos, ingenieros, banqueros, líderes empresariales, políticos y políticos, políticos, líderes de autoridades locales, universidades y medios locales a través de su programa de eventos".

    En pleno centro de Birmingham, en Broad Street, delante de la Casa de los Deportes, se encuentra una resplandeciente escultura dorada, levantada en 1956, que los lugareños llaman "los chicos de oro" o también "piedras lunares": Representa a tres figuras fundamentales de la revolución industrial, a sus personajes más emblemáticos, los que dieron forma a la máquina de vapor: Matthew Boulton, James Watt y William Murdoch. Además, desde 1999, hay un monumento en Birmingham que les hace honor: nueve grandes rocas areniscas adornadas con rostros, nombres, astros, utensilios de laboratorio.
     


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