Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Historia

Día de la Patagonia, con dos actores

 


Alvaro Barros.

Perteneció a la generación de 1852 y, aunque su vida no es muy conocida, afrontó la baja del ejército que le impuso el presidente Sarmiento y su reincorporación por el mismo.

El coronel Álvaro Barros fue considerado un intelectual y de consejos escuchados y no escuchados, denunciante en escritos de actos que hoy consideramos corruptos.

Milicia de frontera le incorporó experiencia y testimonios de algunos manejos delictivos entre proveedores de las tropas, oficiales y hasta jueces de Paz, amén de maniobras entregando "vicios" y en tratos con aborígenes amigos: corrupción de entonces.

Roca y Barros no fueron partidarios de la defensiva zanja alsinista sino de proceder ofensivo para terminar con las maloneadas de los transcordilleranos. Se inclinaba, así lo trasuntan sus escritos, por encauzar a los aborígenes por la senda del buen trato y hasta del trabajo y la educación, pero no dejó de luchar por el accionar legal y honesto de los gobiernos y de su propio ejército.

Anduvo por el periodismo con la Revista del Plata, El Nacional, la República y El Pueblo, que le sirvieron para ponerle acción, papel y tinta a su postura alejada del soborno y así producir, entre otros, dos libros que lo encumbraron:

"Fronteras y territorios nacionales de las pampas del sur" (1872) y "Actualidad financiera de la República Argentina" (1877).

Senador, diputado nacional y gobernador de Buenos Aires, fue amigo de destacados hombres de la época y presidente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, amén de proyectar un ferrocarril desde Bahía Blanca, pasando por Salinas Grandes hasta la cordillera, y de considerar al telégrafo como medio de progreso.

En educación pidió "a los legisladores sancionar inmediatamente la ley de educación primaria en nombre pues, del porvenir de la provincia, en nombre de las libertades políticas y civiles que hemos conquistado, en nombre del orden y de la paz futura del país".

Y la Sociedad Anónima de Fomento de la Educación lo consideró "uno de los más ardorosos apóstoles del desenvolvimiento de la Educación en la República" (sic).

La ley 215 de agosto de 1867 no había tenido cumplimiento, por eso asomó la 947 sancionada el 7/10/1878 y promulgada el 9/10/1878, que autorizaba "al Poder Ejecutivo para invertir hasta la suma de un millón seiscientos mil pesos fuertes en la ejecuición de la ley de 23 de agosto de 1867" que disponía el establecimiento de la línea de fronteras sobre la margen izquierda de los ríos Negro y Neuquén...

"Apoyo del proyecto de ley por parte de Barros y Mitre que en Diputados integraron la 'Comisión Especial de Fronteras' con los diputados V. F. López, O. B. Andrade y C. Pellegrini.

Todo muy rápido, porque Roca preparaba la expedición a la Norpatagonia y como complemento de aquel movimiento el Congreso aprobó la que sería ley 954 el 9 de octubre de 1878, promulgada 48 horas después, el 11 siguiente:

"El Poder Ejecutivo establecerá una Gobernación en el Territorio de la Patagonia, con el personal de empleados y los sueldos que la ley de Presupuesto asigna para los del Chaco" y que en el artículo 3º disponía que "Este tendrá asiento en la población de Mercedes de Patagones y dependerá del Ministerio de Guerra y Marina en todo lo concerniente a los ramos de la administración" (sic).

Sin duda, Roca, ministro, un año después presidente de la República, y amigo de Barros, tenía al hombre ideal para la nueva gobernación, sin límites precisos, y fue Álvaro Barros, a quien le dedicó a los pocos días el decreto del 21 octubre de 1878 (presidente Avellaneda, muy amigo) nombrándolo gobernador de la Gobernación de la Patagonia, haciéndose presente en Mercedes el 2 de febrero de 1879.

Por sugerencia de Roca, una de las primeras disposiciones del gobernador Álvaro Barros fue cambiar la denominación de la capital: Viedma por Mercedes. Su labor no es motivo de la presente.

Pasaron más de 75 años y en Buenos Aires residentes de origen patagónico y otros que habían residido por muchos años en el sur comenzaron a reunirse con distintos motivos, naciendo algunas "casas" como las, por ejemplo, del Neuquén y de la Patagonia, con distintos profesionales, jubilados, ex docentes, comerciantes, estudiantes, etcétera.

Por 1956, Próspero G. Alemandri era vicepresidente 2º de "Casa de la Patagonia", cuya presidencia ejercía Juan J. Caminos y como vice 1º, Lorenzo Machinea, y en cuya comisión directiva ocupaban otros cargos el ingeniero Salvador San Martín, los doctores Cosentino, Breide, Vispo y Braun Menéndez; el salesiano Entraigas, Puchulu, Larrañaga, Luna y otros.

Alemandri fue docente de reconocidos méritos en la Patagonia... "Maestro por vocación, ese apostolado le dio norma de vida y sirvió al país como quería Sarmiento: creando escuelas, planeando métodos de enseñanza, organizando nuevas formas educativas. Los jardines de infantes, las escuelas al aire libre, las climáticas, las diferenciales, las escuelas hogares, lo tuvieron por iniciador en algunos casos y propulsor en otros.

En el magisterio hizo el escalafón completo: maestro, vicedirector, director, inspector técnico de instrucción primaria, de educación física, de escuelas de niños débiles, llegando a inspector general de escuelas territoriales".

También, profesor en colegios secundarios y subsecretario del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. En el exterior, delegado a congresos de enseñanza.

Escribió para publicaciones patagónicas y en el Boletín de la Casa de la Patagonia, suplemento del Nº 24, de octubre de 1955, expresó a modo de editorial con su firma: "Día de la Patagonia. Cuando la Casa de la Patagonia eligió el día 11 de octubre para instituir el Día de la Patagonia, tuvo en cuenta que esa fecha era el aniversaio de la sanción (promulgación) de la ley Nº 954 que creó la Gobernación de la Patagonia, punto de partida, desde el cual esta inmensa heredad sureña cobró personería en la organización institucional del país" (sic).

Así nació la celebración anual del Día de la Patagonia.
 


Bibliografía y fuentes principales:

Río Negro, pasado y presente (varios), 1981. Cárdenas de Monners Sans, M. Inés de, Álvaro Barros, 1992. Rev. Argentina Austral, I y III, 1984. Barros, A. Fronteras y territorios, 1872 (1957). Pérez Morando, H., El día, 1991. Orígenes, 1993. Día de la Patagonia, 2001. Ley 954, 2005. La Patagonia, 2006 (RN). Diario de Sesiones de Diputados, 1878. Boletín C de la Patagonia (suplemento), 1956. Archivo diario "Río Negro" (GR). Biblioteca de la Legislatura del Neuquén. Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.
 


Créditos:

  • Héctor Pérez Morando. Periodista. Investigador de historia patagónica. Especial para Río Negro. (11/10/07)
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