Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Aves de la Patagonia

Cóndor (Vultur gryphus)
 


Los machos alcanzan los 4 metros de envergadura y desde el pico a la cola miden 1,20 metros. En el cuello lucen un collar blanco.

Las hembras, siempre negras, tienen menor tamaño.

Los nuevos cóndores rompen el cascarón mas o menos en Noviembre, en sus nidos de ramas toscos de los picachos o de los despeñaderos.

Los huevos son de gran tamaño, de 13 por 6 o 7 centímetros y nunca hay mas de 2 o 3 en cada nido. Los condorcitos nacen cubiertos de un plumón blancuzco. Al cabo de tres semanas tienen el porte de una gallina, y a los tres meses el doble de ésta.

Las primeras plumas remeras que le salen alcanzan 10 centímetros de largo. A los seis meses su envergadura es de 2 metros. El vuelo de los cóndores adultos es maravilloso.

Parece que jamás batieran las alas. Planean interminablemente, usando las corrientes que suben y bajan, describiendo amplios y majestuosos círculos.

Los cóndores son sociables y viven en bandadas. Cuentan que para buscar alimento dejan que unos pocos, planeando muy alto y aisladamente, inspeccionen el terreno.

El resto permanece en sus roquedades, estos apenas divisan una presa estrechan sus grandes círculos y pican luego hacia ella pero sin que todavía se le acerquen mucho; pues son bastantes prudentes.

Entonces los otros emprenden el vuelo, precipitándose al banquete común, que si no es muy copioso degenera pronto en batalla.

El cóndor de los Andes es bastante sanguinario, causando considerables perjuicios en los rebaños. Ataca a las ovejas enseguida de la reproducción, a los animales enfermos o heridos, y a todas las crías de todos ellos: cabritos, borregos, potrancas, terneros y guanacos.

Cuando la víctima elegida es de gran tamaño, se juntan tres o cuatro cóndores para matarla, arreglándoselas primero para que se separe de su madre, haciéndola huir a golpes de ala y tratando, sobre todo de sacarle los ojos de un picotazo.

De este modo el animal cae en su poder, siendo destripado enseguida.

No obstante el pico de los cóndores es apenas afilado y sus picos poco prehensibles. Les es imposible desgarrar la piel de un mamífero de buen tamaño.

Por esto, empiezan su comida por las partes que ofrecen menos resistencia; por una llaga o por cualquier orificio natural.

Al hombre alerta nunca atacan, a menos que quieran destruir sus nidos; entonces aquellos silban con furor e intentan despeñar al enemigo golpeándolo con sus poderosas alas.

Su alimento acostumbrado no consiste de preferencia en carroñas, sino de animales recién muertos.

 



 
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