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"Portal a los Hielos Eternos"

Aves de la Patagonia

Flamenco (Phonicopterus ruber)

 


Solamente existen en el mundo seis especies, todas ellas de extraña belleza, cuyos colores varían del rosa al escarlata brillante.
Flamenco Rosa, fotografía.
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Los flamencos tienen el cuello similar al del cisne y un fuerte pico, con una especie de "tamiz" con el cual separa del barro los cangrejitos y algas de los cuales se alimentan, como así también de otros insectos de agua.

Lo más extraño de estas aves es el pico, más grande que la cabeza, curvado hacia abajo y con la punta negra. Los dedos delanteros están unidos por una membrana como en las aves palmípedas, pero pertenecen a la familia de las zancudas.

El cuarto dedo es muy chico y lo tiene vuelto hacia atrás.

Cuando llega a ser adulto mide hasta un metro y sus alas desplegadas, de extremo a extremo, en algunos ejemplares llegan a tener más de un metro y medio. El flamenco es un animal originario de la región del Mar Negro y del Mar Caspio.

Viven en grandes colonias y son muy prevenidos. Siempre se los ve en lagunas con poca vegetación y costas con mucha visibilidad para observar de lejos el peligro.

En estas bandadas hay siempre encargados de la seguridad. Si ven o presienten algo extraño, a una señal echan a volar. Todos juntos en el vuelo presentan el aspecto de un hermoso manto rosa. Normalmente estas aves eligen las lagunas y lagos de aguas saladas, pero no desechan los dulces.

Son muy sociables y en las grandes bandadas predomina la concordia; en muy contadas ocasiones se les ve en rencillas y si eso sucede, de inmediato llega la cordura. En sus descansos, a orillas de las lagunas, se los puede apreciar en su característica pose: parados en una sola pata por largas horas y en el mayor silencio, puesto que estas aves no son rumorosas como otras aves zancudas graznadoras.

Su distribución geográfica es mundial. Hay lugares en los que se las puede contar por miles; uno de ellos es el Lago Nakura, en Africa Oriental, donde, formado por millones de flamencos, se presenta un gigantesco enjambre color rosado de 45 kilómetros a lo largo del lago.

Construyen sus nidos con las patas, que consisten en montículo de barro de hasta treinta y cuarenta centímetros de altura, en el centro hacen un hoyo en el cual depositan dos huevos.

La incubación es de sesenta días aproximadamente y para cumplirla se alternan la hembra y el macho.
Lo hacen con las patas encogidas bajo el cuerpo o bien colgando a los costados del montículo.

Los pichones no vuelan hasta varios meses después de haber nacido, pero son muy rápidos y no se los puede cazar sin elementos adecuados.

Los pichones están provistos de un delicadísimo plumón blanco, y el pico derecho, como así su aspecto de real belleza.

Desde los primeros momento de su nacimiento ya están en el agua y progresan rápidamente.
En el líquido elemento los padres guían a sus hijos y los cuidan con mucho celo. Su primera alimentación es recibida del pico paterno, pero pasadas unas semanas, ya comienzan a buscar ellos su alimento, pero sin bucear, es decir tomando lo que encuentran en la superficie del lago o laguna.

Su vida en cautiverio es un hermoso adorno, sobretodo si se reúne un grupo de ellas en los parques y plazas junto a estanques o lagos artificiales.


Flamenco Rosa (Phoenicopterus Ruber)

El flamenco rosa y sus tres parientes constituyen una pequeña familia de aves notable. No son ni ocas ni cigüeñas, a pesar de sus graznidos de oca y su aspecto de zancudas.

Se ha descubierto recientemente que, de hecho, los flamencos son parientes bastante próximos de los anátidos, es decir, de las ocas y de los patos. ¡Pero la semejanza se encuentra, no obstante, en el nivel de proteínas en la sangre!.

Dos cosas son dignas de interés en el flamenco rosa: por una parte, su plumaje rosa, que a veces es casi rojo o palidece para volverse prácticamente blanco; y por la otra, su pico arqueado y desmesuradamente grande.

La coloración del plumaje depende estrechamente al régimen alimenticio, porque el flamenco extrae la sustancia colorante que le proporciona su tinte rosa de los minúsculos crustáceos de los que se alimenta.

En cautividad, es indispensable procurarle cierta cantidad de camarones, sin los que su hermoso plumaje perdería todo su encanto y se quedaría blanco. El curioso pico del flamenco funciona como un peine fino o como un filtro, gracias a miles de laminillas, que dejan pasar el agua pero retienen a las criaturas infinitamente pequeñas que pululan por el fango.

El flamenco es un ave sociable, que vive en colonias numerosas, a veces de decenas de miles de individuos. Su hábitat está estrechamente relacionado con vastas extensiones de limo, en las lagunas y al borde de ciertos lagos de África y de los altos Andes de Bolivia.

En la época de reproducción, el flamenco edifica una cúpula de barro, en la cima de la cual la hembra deposita un solo huevo, que incuba instalándose a horcajadas sobre el montículo.

Puesta: 2 huevos.
Peso del huevo: 150 a 160 grs.
Incubación: 30 a 32 días.
Envergadura: 1,35 a 1,55 m.
Peso del adulto: 2 a 4 kgrs..
En otoño, se encuentran de 3.000 a 4.000 flamencos en La Camarga.

Grupo: Vertebrados.

Clase: Aves.
Orden: Fenicopteriformes.
Familia: Fenicoptéridos.
Género y especie: Phoenicopterus ruber (flamenco rosa).

 



 
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