Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
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Crearán área protegida para lobos marinos en costas de Caleta Olivia
 


Los lobos hace 20 años abundaban frente a la costanera caletense, y se fueron corriendo más al sur, atormentados por los hombres.

Estos enormes mamíferos marinos siempre estuvieron cerca de la ciudad del Gorosito como atractivo turístico, aunque también siempre estuvieron en peligro, no sólo de ser lastimados, sino de terminar muertos por parte del salvaje accionar de los seres humanos.

Los lobos marinos se concentran actualmente a poco más de dos kilómetros de esta urbe costera, en un sitio contiguo al puerto Caleta Paula, un poco más al sur.

En la reciente visita que hizo a esta zona, la flamante directora provincial de Fauna Silvestre, Beatriz Ortega, tomó nota de todo ello y confió a este diario que trabajará en el mes de febrero junto a profesionales de Caleta Olivia en la confección de un «marco legal» para crear una especie de reserva en el lugar donde moran, que incluya la instauración de un cercamiento perimetral.

Las denuncias por hostigamiento humano a los lobos datan de hace muchos años, pero hasta ahora nadie sabía a quién recurrir.

Ya sea desde el municipio local, o desde el Centro Ambiental de Apoyo a la Ciencia y a la Ecología (CADACE), o incluso desde grupos de docentes y alumnos de la Escuela de Biología Marina (EBIMAL), siempre se trató el asunto como un problema de difícil resolución.

Incluso este tema fue tratado en las Terceras Jornadas locales de Medio Ambiente que se realizaron el año pasado.

Pero los lobos marinos siguen estando allí, soportando todo tipo de vejaciones.

Retozan casi todo el año en la costa pedregosa y podría decirse que en ese lugar ya se ha establecido una «lobería», de acuerdo a lo que los entendidos observaron en el comportamiento animal.

Se ven formidables lobos machos con su propio harén, que dan cuenta de la existencia de una «comunidad» permanente en ese lugar.

Es más, según los que conocen los movimientos de la especie, podría afirmarse que esa porción de costa -cercana al cámping de Adosac- ya no es un lugar de asentamiento, sino de producción, debido al tamaño pequeño de las crías presentes, y alegan que la presencia de muchas gaviotas podría ser signo de que hay nacimientos en el lugar, ya que a estas aves les atraen las placentas como alimento.
 


Figura legal

La directora de Fauna agregó que «aún no se sabe si la figura a crear será ‘reserva’ o ‘área protegida’. Debemos buscar cuál es la que mejor que se adecúa a esta situación», comentó.

La tarea no será menor, puesto que primero los técnicos tendrán que recopilar datos del comportamiento animal en el lugar, definir objetivos y buscar información sobre la pertenencia privada de ese terreno donde residen los lobos, entre otras cosas.

Ortega quedó sensibilizada por este tema cuando fue testigo de un caso de negligencia hacia una manada, al observar a una persona que, a menos de dos metros de un macho adulto, empezó a acercarse peligrosamente.

Y esa actitud es una de las más suaves, ya que personal de la Supervisión de Turismo municipal ha observado en varias oportunidades cómo chicos y grandes les tiran piedras a los lobos para divertirse.

La funcionaria provincial destacó el trabajo previo de seguimiento que se hizo en el sitio desde la EBIMAL, con la ayuda de un biólogo marino de Comodoro Rivadavia.

Por ello el Estado convocó a los investigadores de esta escuela polimodal para que trabajen en conjunto con la provincia.

«Una vez que se tenga toda la información, y tras hacer el marco legal, vamos a reunir a la comunidad para accionar», dijo, y mencionó que deberá hacerse ese trabajo mancomunado con las áreas comunales de Medio Ambiente y Turismo, como también con el CADACE y el público interesado.

Una de las primeras acciones a realizar será la de limpiar la zona de basura para que haya también más difusión de la flora autóctona, además de sacar todos los residuos cercanos a la lobería y luego levantar el cercado perimetral.

El padecimiento sigue. Se ha visto a turistas agarrando a las crías, a grupos familiares azuzándolos para que se arrojen al mar para divertirse, correteados y perseguidos.

La historia de estos lobos marinos de un pelo tiene etapas críticas y muy tristes, como la acaecida a principios del siglo XX cuando se perpetraban matanzas de centenares de miles de estos animales en la lobería que existía al norte de esta ciudad.  


Créditos:

  • Publicado en el diario El Patagónico. (09/01/08)
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