Comodoro Rivadavia - Chubut Argentina
"Capital del Viento"

Arte y Cultura

Alfredo Sahdi
 


Cuando llegaba Alfredo Sahdi con su compañía todo el mundo iba al teatro; le llevábamos alegría, cosas simples.

Homenaje a Alfredo Sahdi

Alfredo Sahdi fue uno de los pilares del Teatro en Comodoro Rivadavia, tanto desde su actividad en la radio como en los escenarios de cada uno de los pueblos de Chubut y Santa Cruz.

Murió el 22 de febrero de 2001, en pleno festejo por el Centenario de la Fundación de Comodoro Rivadavia y muy pocos, muy pocos, pudieron acompañar a su esposa, la locutora y actriz Linda Cristi, y a su hijo Fredy.

Muy pocas personas pudieron acompañar su último viaje porque justo a esa hora se desarrollaba el acto central por los 100 de Comodoro Rivadavia con la presencia del entonces presidente Fernando De la Rúa.

Desde el borde del mar, algunos levantaron la vista para ver el solitario cortejo que iba por la ruta, al pie del cerro Chenque. Y, desde entonces quedó postergado el homenaje colectivo a una de las figuras más importantes y más querida en el mundo del arte de Comodoro Rivadavia.

"Le debemos ese aplauso de despedida", comentó el periodista Luís Luján Dancheff, promotor del homenaje que se realiza el viernes próximo, a las 17, con entrada libre y gratuita en el Cine Teatro Español.

Luján recuerda que Sahdi decía que se quería morir en el escenario, con el sonido de los aplausos del público, una metáfora que expresa esa pasión –hasta morir- por el teatro.
 


El actor del pueblo

La idea del homenaje surgió hace poco, en febrero. Luján acomodaba cajas en su casa, allí encontró videos en HVS de los programas que realizó para Atelco en los años "90 en ciclo de historias salió sólo cinco veces, "uno de ellos era Alfredo Sahdi, lo ví y se me ocurrió pasarlo a CD y que se pase en el Cine Teatro Español.

Con esa idea salió a buscar el espacio y apoyos necesarios, "encontré el apoyo total de Claudio Ergas, de la Municipalidad, e incluso del intendente y otras personas para quienes la figura de Alfredo Sahdi marcó, de algún modo, parte de sus vidas".

Además de exhibir el video "Alfredo Sahdi, el actor del pueblo", se realizó un homenaje especial a su figura entregando una plaqueta a su esposa y a su hijo.
 


El video

En el video que se proyectó a través de Atelco, años atrás, era en sí mismo un homenaje en vida a ese querido actor. Allí, en una entrevista que realiza Luís Luján, el actor y director de Teatro habla de sus comienzos, de algunos personajes, del éxito de algunas obras, anécdotas y comentarios de sus viajes por el interior de la provincia forman parte del rico contenido de este video.

Para ese día, el viernes, "quiero que el teatro se llene para que le demos la ovación que se merece, la que no le pudimos dar el día que falleció porque estábamos todos ocupados en otro tema", dice el periodista a modo de invitación a toda la comunidad.

Alfredo Sahdi falleció el 22 de febrero de 2001, en medio de los actos por el Centenario de Comodoro Rivadavia. Su esposa, la locutora y actriz Linda Cristi y su hijo Fredy sólo tuvieron el acompañamiento de muy pocos amigos.

Desde entonces, la designación de una calle del barrio Las Orquídeas en Km. 5, por parte del Concejo Deliberante no se hicieron homenajes significativos a este pilar de la historia del teatro en Comodoro Rivadavia.
 


Era "Gardel"

"Yo tengo plata hasta el día que me muera...siempre y cuando viva hasta pasado mañana", era uno de los tantos chistes y cuentos que le fluían a toda hora en forma natural.

El teatro y el humor iban de la mano de Alfredo Sahdi, ese artista de las tablas que levantó escenarios en los parajes más recónditos de la Patagonia.

Quienes compartieron alguna de sus giras dan cuenta que Alfredo en algunos pueblos y localidades era "Gardel", como se suele definir a un ídolo máximo por el cariño y entusiasmo conque lo recibían junto a su elenco.

También solía decir que los aplausos son el alimento de los artistas y, quienes lo conocimos, compartir el amor por el teatro decimos que el fue parte de nuestro alimento. Seguramente Alfredo sigue en alguna estrella del cosmos alimentándose día a día. (M.G.)
 


Créditos:

  • Publicado en el Diario Crónica. (11/03/08)


    Alfredo Sahdi, el actor trashumante de la Patagonia

     


    "Hombre por mi padre, argentino por mi Patria y patagónico porque lo elegí yo", se definía a sí mismo Alfredo Sahdi, el gran creador del radioteatro patagónico.

    Nació en Bahía Blanca el 6 de marzo de 1924 y llegó a Comodoro Rivadavia en 1948, como dibujante de la Secretaría de Obras Públicas.

    Al poco tiempo comenzó su carrera en LU4 Radio Patagonia Argentina, con la obra "Allá en el Balalaika". Desde ese momento su voz y sus personajes estarían presentes en todos los hogares de la región.

    "Yo desde la primera vez que subí a un escenario, no lo dejé nunca más, y creo que fue a los doce o catorce años, en Bahía Blanca, en un barrio, en Villa Mitre...

    A los quince años, ya tenía mi propia compañía, ahí nomás en Villa Mitre", recordaba en una entrevista. Luego pasó por Neuquén y por Bariloche, junto a su inseparable compañera y colega, la locutora y actriz Linda Cristi.

    En Chile -donde vivieron tres años- fueron muy bien recibidos; así lo relataba: "llegamos y al día siguiente fuimos a una compañía de radioteatro, y cuando dijimos que éramos argentinos, que veníamos de hacer radioteatro en Argentina nos contrataron inmediatamente.

    ¿Por qué?. Porque nosotros estábamos acostumbrados a estar en la radio, poner el libreto sobre el atril, se prendía la lucecita y salíamos al aire en vivo.

    Ellos grababan todo, porque cuando nosotros teníamos aquellos grabadores antiquísimos que eran de aluminio, ellos tenían los grabadores a cinta, profesionales; ese sistema de grabación los acostumbraba a equivocarse a cada rato, total borraban y grababan de nuevo".

    "Linda y yo -contaba el actor- leíamos a primera vista y ellos se asombraban de que nunca nos equivocáramos. Decían que esa era la costumbre argentina de leer a primera vista, directamente al micrófono".

    "Deseamos ser queridos, el teatro es una manera que el público nos quiera, es una manera masiva de sentirnos queridos, apreciados, aplaudidos, no por un ego tonto sino porque es el elemento nuestro, del artista: el aplauso", explicaba este actor de raza, y fundamentaba la importancia del teatro como vehículo de cultura: "el pueblo que no se lo educa, el pueblo que no lee por razones de incultura, de tiempo, ese pueblo no lee; entonces considero al teatro un libro abierto, destinado a un público popular".

    Río Mayo, Aldea Beleiro, Ricardo Rojas, Lago Blanco, Paso del Sapo, Lagunita Salada, Río Chico, Cushamen, Gan-Gan, Gastre, Perito Moreno, Koluel Kaike, Fitz Roy, Calafate, Puerto Deseado, Ingeniero Jacobacci y toda la provincia de Río Negro, parte del norte Argentino, Chile y Perú...

    Aquellas giras interminables marcaron la vida del actor errante que puso risas y emoción en miles de espectadores con títulos como "Ante Dios todas son madres", de Luis Albarracín; "La tercera palabra", de Alejandro Casona; "Tijereta Vizcacha el terror de las muchachas", de Nélida de Mendoza; "Juan Moreyra", de Eduardo Gutiérrez; "El negro que tenía el alma blanca" y "El ciego que habló con Dios", de Luis Pozzo Ardizzi; "El inglés de los mirasoles", de Roberto Valenti; "Cuando los hijos se van", de Juan Villagra y sus obras infantiles como "Tony Cachirulo y el Payaso Caramelo".

    La película "Allá donde el viento brama" -una emocionante historia basada en hechos reales, sobre el descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia y la vida de aquellos pioneros- dirigida por Ralph Pappier, lo contó entre sus intérpretes.

    En Chile participó en el filme "El Gran Circo Chamorro", dirigido por Rafael Fontaura.

    Linda Cristi, la esposa de este pionero de la escena patagónica recuerda que "íbamos a todos los pueblitos, hasta a aquellos donde no llegaba ningún espectáculo.

    Cuando llegaba Alfredo Sahdi con su compañía todo el mundo iba al teatro; le llevábamos alegría, cosas simples.

    Nosotros trabajábamos con teatro argentino con temáticas que hacían referencia a los problemas de la vida cotidiana, incorporando lo cómico, era cuando Alfredo hacía de soldadito, de paisanito, era bárbaro... yo he tenido que irme del escenario porque me moría de risa; es que nosotros tambien nos divertíamos.

    Alfredo siempre decía que si no nos divertíamos nosotros, cómo íbamos a pretender divertir a los demás".
     


    Anécdotas de un trashumante

  • "Una vez que estuve en un hotel en Los Antiguos (Santa Cruz), se acerca una señora dueña de una estancia cercana, y me dice: -¿sabe que por culpa de usted tuve un doble gasto en Buenos Aires?.

    Porque los peones me comenzaron a decir que querían una radio a pila, porque querían escuchar la novela.

    Así que tuve que comprar catorce radios chicas porque ellos iban o estaban en el campo, arreando el ganado, y cuando era la hora escuchaban la novela"...

  • "Había obras como Juan Moreyra, que tiene cuatro o cinco decorados que había que cambiarlos según la escena: la Alcaldía donde va a ir preso él o el patio.

    Había que preparar todo muy bien porque nos encontrábamos con chicos de dieciocho años que por primera vez presenciaban una obra de teatro.

    Mujeres y hombres grandes que nos preguntaban si íbamos a poner la radio fuerte ahí o tenían que traer las sillas; ellos vivían en el campo y nunca habían presenciado espectáculos teatrales"...

  • "Mi padre vivía en Bahía Blanca, y cuando murió yo estaba haciendo "El galleguito de la cara sucia".

    Estaba en el camarín, viene un señor del teatro y me dice: -Alfredo, tienen algo para vos-, y me entrega un telegrama, que decía: "murió papá".

    Yo guardo el telegrama y esa noche hice la función como si nada hubiese pasado. No había otra solución, estaba el teatro lleno, qué le importaba a ese público que yo tuviera un dolor.

    Sahdi tenía el dolor, el galleguito de la cara sucia no, así que salí e hice la obra, y después lloré, y al otro día viajé a Bahía Blanca.

    Pero el teatro tiene que continuar; más aún, habiendo más de diez personas, once, es obligación moral del artista hacer la obra. No se le puede decir a las personas que vuelvan a su casa, por más que esperaba doscientos o trescientos y entraron diez... igual hacía la obra"...

  • Por razones de economía, Alfredo Sahdi viajaba con un elenco reducido. En los pueblos convocaba a algunos vecinos para completar los personajes.

    Así sucedió en una oportunidad, cuando llamó a un muchacho muy conocido. Tenía que entrar en escena y decir: "me entrego comisario".

    Alguien del público le gritó: "No te entregués, Lopecito" y entonces él se olvidó de su papel actoral y extrajo el facón, diciendo: "No me entrego nada!". Ahí tuvieron que cerrar el telón, y el actor decía: "no sé qué me pasó, don Alfredo...".
     


    Créditos:

  • Por Mario Dos Santos Lopes. Publicado en el Sitio APP Noticias (18/03/07)


    Se fue con los festejos del Centenario de la ciudad

    Cada aniversario de la ciudad que fue suya por adopción y elección de vida es también un aniversario de su desaparición física.

    Y fue justamente siete años atrás en medio de los estruendos pirotécnicos que brillaban en el Chenque por los festejos del Centenario los que despedían en una sala velatoria de la S.C.P.L. de la Yrigoyen, los restos del recordado maestro del radioteatro patagónico, Alfredo Sahdi.

    Resultará redundante tal vez informar que fue un hombre de la cultura popular que allá por fines de los años ´40 del pasado siglo XX supo constituir elencos radioteatrales estables para junto a su amigo Pablo Miranda que se convirtieron en una verdadera industria cultural a través de radio L.U. 4 y el posterior envío a las radios nacionales de la región.

    Tan redundante como informar que recorrió cada localidad, cada pueblo, cada paraje de toda la Patagonia argentina y también del País entero, con sus obras teatrales populares para –como solía publicitar– hacer reír a carcajadas y emocionarse hasta las lágrimas con las versiones de "Tijereta Viscacha, el terror de las muchachas", "Juan Moreira", "Ante Dios todas son madres" o la versión Sandrinezca de "Cuando los duendes cazan perdices" que en ocasiones solía salir de libreto como "Pobre José, el tonto de Loncopué" o "Mamerto llegó del campo" y otras tantas comedias tragicómicas que deleitaron a miles y miles de personas hasta en el más recóndito paraje como una reserva aborigen, etc..etc...

    Mucho se ha hablado y se ha investigado de la vida y obra de Alfredo Sahdi.

    En este espacio quienes compartimos sus últimas giras y también sus últimos días físicos, quisimos simplemente recordarlo.

    Atte. Rolo y Miguel.
     


    Créditos:

  • Publicado en el Diario Crónica. (27/02/08)
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