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Arte y Cultura

Don Segundo Sombra
 


Tumba de Segundo Ramírez. Gentileza de Eduardo Montes-Bradley.  (Créditos: http//es.wikipedia.org).

Don Segundo Sombra es una novela rural argentina de Ricardo Güiraldes que a diferencia del poema "Martín Fierro" de José Hernández no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario ("sombra"), en un tono elegíaco.

El título del libro, escrito por un estanciero (R. Güiraldes) es sintomático, si no fuera por el tratamiento respetuoso de Don (derivado del latín Domini = dueño, señor).

En efecto "Segundo Sombra" parece sugerir a un subalterno, si bien la prelación respetuosa con el tratamiento de Don contrapesa (quizás sin que Güiraldes fuera consciente de ello) la subalternidad, señala a un gaucho que por mantener su axiología, sus principios, resulta superior a la axiología burguesa.

Ricardo Güiraldes aprende en una especie de viaje iniciático lo que es el valor, el honor, la lealtad (que desde otra perspectiva puede mal interpretarse como subalternidad), el respeto al prójimo, todo esto, amenizado en el libro con descripciones. La novela fue publicada en 1926, está escrita narrativamente en primera persona.
 


Ricardo Güiraldes

Es hijo de una familia rica de la aristocracia vernácula. Nació en 1886 y murió en 1927. Repartió su existencia entre viajes a Europa y su pago, San Antonio de Areco.

En 1887 fue con sus padres a París y allí viviría sus primeros años, en inicial contacto con autores franceses y alemanes. La mayor parte de la adolescencia, la pasaría en la estancia paterna, "La Porteña", en cuyo ámbito y en buena medida, habría de mover a sus personajes literarios.

En la ciudad de Buenos Aires iniciaría dos carreras universitarias que no habría de concluir, arquitectura y derecho. En 1910 regresaría a París, donde comenzaría a escribir cuentos y poemas.

Entre estos trabajos primerizos se hallaría la novela "Raucho", que lleva el nombre del personaje principal. Que, al igual que su autor, reparte su vida entre el campo y París.

Acabando finalmente por un regreso a la estancia donde siente que "su chiripá, sólo desprendido de la faja, se había envilecido en el polvo de los caminos extranjeros".

Esta disyuntiva entre la vida de campo y la intelectual, desarrollada en ámbitos urbanos, se ha de mostrar, también, en "Don Segundo Sombra".

Fabio Cáceres, el pequeño resero del comienzo, al igual que el el protagonista de Raucho, se ha de transformar, al finalizar la novela en un hombre cultivado que, en ningún momento pretenderá disimular la satisfacción honda y sentida que continúa encontrando en la vida rústicamente rural.

La obra es una pintura de nuestro campo; tal vez, del que fue y ya no es de este modo, exactamente.

El resero o tropero, aquí y en todas las grandes llanuras del planeta, ha sido suplido por los transportes-jaulas mecanizados,tal como otrora el muy arcaico arado de una sola reja tirado por bueyes, por un tractor.

Y el transporte de la hacienda por camiones y trenes. Las inclemencias del tiempo que azotaban a los animales y a los jinetes en campo abierto, ya son cosa de la historia. El poncho amigo que defendía de los temporales forma parte de un atuendo acaso decorativo.

Así como en "Martín Fierro" la amistad entre el sargento Cruz y Fierro es un símbolo emblemático del culto a este compartido sentimiento argentino, al decir de Borges, en "Don Segundo Sombra" el centro temático ha de ser el vínculo viril entre un gaucho inteligente, serio, callado y un muchacho "guacho" hambriento de paternidad. Fabio Cáceres, el hijo no reconocido por su padre y abandonado al cuidado de "unas tías".

Con esta obra se clausura de modo brillante, en el siglo XX, el ciclo de la literatura gauchesca iniciado en el XIX. "Facundo", de Sarmiento, tal vez la mejor prosa de este último centenar de años o, por qué no, de toda la literatura argentina -tal es un parecer de Borges- pintará el conflicto entre civilización y barbarie.

En tanto que "Martín Fierro" nos diseñará la figura desdichada del gaucho del período posterior a Rosas, perseguido, olvidado y con frecuencia tenido en menos. Conociendo a Hernández y sus limitaciones, no puede dejar de apreciarse -como lúcidamente descubriera Lugones- una obra genial en nuestro supremo poema gauchesco.

Estas grandes obras, las de Güiraldes, Sarmiento, Hernández, están tocadas por una especial musa inspiradora.

Ángel Mazzei, en un estudio preliminar a una edición de "Don Segundo Sombra", ha dicho:"...es, ante todo, una obra donde el acierto de la concepción se une, plenamente, al de la ejecución.

Hay creaciones donde la realización de la forma parece superior a su materia; otras demuestran un desajuste irreparable entre el propósito y el logro; Güiraldes logró la máxima aproximación entre su proyecto de novela y la novela misma".(Estudio preliminar a "Don Segundo Sombra", de Ricardo Güiraldes, Editorial Kapelusz,Buenos Aires, 1978).

La ciudad de Buenos Aires ha sido curiosamente parca en monumentos y homenajes al autor de la novela que analizamos. Tan sólo dos cuadras de un modesto pasaje, en Villa Lugano, entre Zuviría y Santander, se llama Ricardo Güiraldes.

Y el monumento al "resero" en la plazoleta ubicada en el ancestral Mercado de Liniers, en Mataderos, en Avenida de los Corrales y Lisandro de la Torre.

Lugar éste de una consagrada feria gauchesca de reunión dominical, acompañada de festivales. En conjunto, un centro de atracción para los vecinos y para personas movidas por apetitos turísticos.

También existe la plaza "Don Segundo Sombra" en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Flores, ubicada en la calle Santander, rodeada de las calles Nepper, Carlos Ortiz, Alonso Rodríguez, Juan Del Castillo y Aroma.
 


Créditos:

  • Publicado en el Sitio Wikipedia
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