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Comodoro Rivadavia - Chubut Argentina
"Capital del Viento"

Arte y Cultura

Día Mundial del Folclore -22 de Agosto-

 


  • Video: «Leguas del Sur -1/5-». (04:50)
  • Créditos: Publicado por Gonbal.

    Los ganadores del "Pingüino de Oro 2010" se hicieron presente en el Aniversario de su Ciudad. Febrero 2011. Comodoro Rivadavia, Argentina. Estas imagenes son meramente ilustrativas para este artículo.

  • http://www.youtube.com/watch?v=Bv0v5u6tiMw

  • La palabra "folklor" fue creada por el arqueólogo inglés William John Thoms el 22 de Agosto de 1846. Etimológicamente deriva de "folk" (pueblo, gente, raza) y de "lore" (saber, ciencia) y se designa con ella el "saber popular". La fecha coincide, en Argentina, con el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917), reconocido como el "padre de la ciencia folklórica".

    El romanticismo del siglo XIX reaccionaba contra el intelectualismo de épocas anteriores y permitía así surgir el estudio sistemático y metódico de las manifestaciones culturales del pueblo, es decir, del folklore.

    Así William John Thoms crea el vocablo folklore, que vio la luz el 22 de agosto de 1846. La primera revista de corte científico dedicada al folklore, fue Folklore Record, publicada entre 1878 y 1882 por la Folklore Society de Londres, institución surgida hacia fines de ese siglo.

    El Primer Congreso Internacional de Folklore se realizó en la ciudad de Buenos Aires en 1960. A dicho evento, presidido por el argentino Augusto Raúl Cortazar, asistieron representantes de 30 países que instauraron el 22 de agosto como Día del Folklore.

    El emblema que representa a los folkloristas argentinos -elegido por el Primer Congreso Nacional del Folklore en 1948- es el árbol, porque el folklore también hunde sus raíces en la tradición, sus ramas representan el pensamiento, el sentido y la imaginación por un lado y la obra de las manos, es decir la creatividad artesanal por el otro. Las escasas hojas representan la juventud primaveral de la ciencia. Las palomas, la unión de lo material con lo espiritual en la amplitud del folklore. El tronco y ramas están envueltas con una banda que dice: Qué y cómo el pueblo piensa, siente, imagina y obra. Este emblema fue ideado por Rafael Jijena Sánchez.
     


    Juan Bautista Ambrosetti

    Paleontólogo, arqueólogo e historiador. Nació en Gualeguay, provincia de Entre Ríos, el 22 de agosto de 1865. Fue el iniciador en el país de la exploración arqueológica con criterio estrictamente científico y el primero en realizar estudios sistemáticos del folklore nacional por lo que fue llamado el "Padre de la Ciencia Folklórica".

    Fue profesor de arqueología americana y director del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que hoy lleva su nombre y discípulo del gran naturalista Eduardo Holmberg, quien lo impulsó al estudio de las ciencias naturales; bajo la dirección del Profesor Pedro Scalabrini, también se transformó en un destacado zoólogo y paleontólogo, lo que le permitió colaborar con el Museo de Paraná (Entre Ríos) organizando la sección de Paleontología, y en Buenos Aires, donde Ameghino lo designó al frente de la sección Arqueología del Museo de Historia Natural.

    En 1906, cuando se desempeñaba como profesor de Arqueología Americana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, fundó y organizó integralmente el Museo Etnográfico, aportando su colección personal de más de 20 mil piezas arqueológicas.

    El Museo Etnográfico fue la primera institución dedicada a esa disciplina en el país. En el marco de las ideas positivistas imperantes, Ambrosetti orientó al Museo en dos direcciones: por un lado, a la investigación y a la formación universitaria superior y, por el otro, a la educación del público en general.

    La primera causa estuvo corporizada en los trabajos en el noroeste argentino. Para la segunda, constituyó colecciones que debían presentar un panorama universal de las sociedades primitivas. Para esto, Ambrosetti financió viajes e investigaciones, estimuló donaciones y adquirió piezas arqueológicas.

    Estudió costumbres y creencias de las culturas precolombinas y halló ciudades prehistóricas como La Paya, en Salta. En 1908 dieron fruto las vastas investigaciones arqueológicas que venía realizando desde tiempo atrás en el noroeste argentino: En Tilcara pudo identificar una antigua población indígena.

    Desde entonces, en aquel lugar de la Quebrada de Humahuaca, se realizaron excavaciones en forma prolongada y sistemática que aportaron un rico material arqueológico y antropológico, revelador de toda una antigua cultura. Este hecho significó una piedra fundamental para la naciente arqueología nacional.

    Es uno de los sabios precursores del estudio del "folklore" argentino. Su libro "Supersticiones y leyendas" constituye un valioso aporte para el conocimiento de la cultura calchaquí. Salvador de Benedetti, ha escrito:

    "Ambrosetti, en la historia del pensamiento argentino, tendría que aparecer como creador de tendencias de orientaciones nuevas, y como padre de un obra que no ha de perecer, aun cuando le haya tocado actuar en una época, que casi podríamos llamar precursora de la Arqueología Argentina". Siempre sintió atracción por el noroeste argentino, tal Samuel Lafone Quevedo. En su viaje a Tucumán descubrió los famosos "menhires" de Tafí, que describe en uno de sus libros.

    En la multifacética obra de Ambrosetti -que comprendió una enorme gama de estudios históricos, etnográficos, lingüísticos, arqueológicos y antropológicos- se incluyen trabajos sobre supersticiones y leyendas, sobre historia, lenguajes indígenas o utilización de metales en la zona de los valles calchaquíes.

    Fue, como se dijo anteriormente, pionero en el estudio del folklore nacional y en utilizar el término en sentido estricto, es decir, definido como "el conjunto de tradiciones, leyendas, creencias y costumbres de carácter popular, que definen la cultura de una determinada región".

    Siendo ya una figura destacada de la ciencia nacional, Ambrosetti fue designado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, en 1910. En aquel momento, ya era reconocido en los ámbitos científicos de América y Europa y había representado al país en numerosos congresos científicos internacionales.
     


    Créditos:

     



     
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