Comodoro Rivadavia - Chubut Argentina
"Capital del Viento"

Arte y Cultura

Salieron a estudiar y se llevaron la música consigo
 


La banda The Otherness.

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  • En 2002, Werner Schneider y un grupo de amigos de la Escuela de Arte, entre ellos Shaman Herrera, Tomás Vilche y Tulio Simeoni, decidieron dejar Comodoro Rivadavia para continuar sus estudios en La Plata.
    Werner fue a estudiar Cine y se encontró con una cofradía de apasionados por la música como Lucas Borthiry y Fernando Naón. Estudió tres años Cine, pero decidió dejar la carrera para formar "La Patrulla Espacial" junto a Naón, Borthiry y Simeoni.
    El caso de Schneider no es el único. Hay una gran cantidad de comodorenses que se radicaron en otras ciudades para cursar una carrera universitaria y que en forma paralela crearon o se integraron a alguna banda. Algunos de ellos también terminaron abocándose de lleno a una carrera musical.
    Shaman Herrera, Martín Cativa, Emanuel Oliva, Gastón Artigas son algunos de los casos más relevantes en los últimos años, ya que con bandas como "Los Hombres en Llamas", "The Otherness", "Sabor Canela y un poquito de Café" y "Los Cheremeques" han logrado irrumpir en los escenarios nacionales. Lo mismo la solista Haien Qiu.

    Los músicos que dialogaron con El Patagónico coincidieron que su infancia, y parte de su adolescencia, estuvo marcada por la música. El denominador común era tener una banda y los ensayos se realizaban en un garaje o en el dormitorio de la casa de alguno de ellos.
    "En Comodoro teníamos varias bandas. La primera banda que yo formé fue cuando tenía 11 años y tocábamos junto con Esteban Cárdenas, uno de los líderes de Cosecha Especial. Tocábamos para mucha gente y estaba muy bueno cómo pasábamos nuestros días alrededor de la música y los ensayos. Tengo lindos recuerdos de esa época", sostuvo Shaman Herrera, líder de "Shaman y los Pilares de la Creación".
    Martín Cativa llegó a Capital Federal en 2002 para estudiar Licenciatura en Comunicación Social y Literatura Inglesa. En 2009 formó la banda The Otherness junto a otros jóvenes patagónicos, entre ellos su hermano Gonzalo. El grupo se caracteriza por componer temas en inglés, lo que los ha llevado a realizar tres giras por el viejo continente, particularmente a Inglaterra.
    Sin embargo, Martín no olvida sus comienzos en esta ciudad, el amor por su abuela y por la música. "Pasaba mucho tiempo con mi abuela y siempre fui pegado a ella. Tenía mi grupo de amigos y ahí comencé a descubrir el Rock And Roll. Empezamos a escuchar artistas como Nirvana o David Bowie y nos lanzamos a tocar", rememora.
    "Como cualquier adolescente de Comodoro iba a tocar afuera de nuestras casas y si el viento no permitía jugar a la pelota, me metía a leer o a tocar la guitarra. Me acuerdo que con 13 años tocábamos en la Plaza de los Viernes, que se realizaba en la costanera, y después tengo recuerdos de ir a recitales en el (Club) Huergo. También había muchos recitales en el 'Barobar' o en 'El Sótano Pub' pero estaba muy marcado para los que le gustaba el punk y heavy. No había muchas opciones para tocar", dimensiona.

    La Patagonia, pero sobre todo Comodoro Rivadavia, ha sido escenario del crecimiento de diferentes artistas en los últimos años. El sentido de pertenencia es un factor clave a la hora de componer y así lo sienten dos artistas locales como Emanuel Oliva, cantante de Sabor Canela y un Poquito de Café, y Haien Qiu, una cantante de pop electrónico.
    Oliva nació en esta ciudad por una decisión de su madre, pero inmediatamente se volvieron a Río Mayo. Sin embargo, la conexión comodorense siempre estuvo marcada y prácticamente es "un ciudadano más de estos pagos" ya que a los 18 años decidió volver para estudiar la carrera de Mecánica Dental. Luego partió a Córdoba donde integra "Sabor Canela".
    A lo largo de esos tres años en Comodoro, Emanuel conformó varias bandas donde siempre regalaba poesía a través de su voz. "Recuerdo que tuve una banda con amigos en el Ceferino y otra en Standart. Tocábamos y nos juntábamos a pasarla muy bien. Eso es lo que destaco de Comodoro, que siempre fue muy pasional todo. Si se hacía algo era porque lo sentías y porque te gustaba. Era como que se sentía esa conexión", subraya.
    "La música patagónica siempre fue pasional y una muestra de ello son 113 Vicios y me sorprendió lo que siente la gente por Abelardos. Los recitales también son muy locos en Comodoro. Es como que son una ola de gente que sabe mucho y están dispuestos a escucharte simplemente porque te subís a tocar. Cosa que no sé si pasa en todos lados", añade.
    Haien Qiu, mientras tanto, llegó a Comodoro Rivadavia a los 3 años proveniente de Shangai, China. En esta ciudad, fue donde comenzó a incursionar con la música y a descubrir su faceta artística que luego se fortaleció en Buenos Aires y se refleja en su álbum "La Respuesta". "Yo estudié en la Escuela de Arte y a los 18 años me vine a Buenos Aires. Comodoro es parte de mi vida y, obviamente, está reflejada en mis canciones. Tengo recuerdos de recitales y cómo la gente se manifestaba en cada uno de los recitales. La gente era algo único", afirma.

    Shaman Herrera es uno de los exponentes más reconocidos entre los artistas comodorenses que se encuentran en distintas partes del país. Su trayectoria, primero con "Los Hombres en Llamas" y luego con "Los Pilares de la Creación" lo han convertido en una palabra autorizada en la música nacional. Además, como productor ha trabajado con bandas como "El mató a un policía motorizado", "La Patrulla Espacial" y "Prietto viaja al cosmos con Mariano".
    La llegada de Shaman a La Plata fue con el objetivo de estudiar Cine, pero luego de tres años comenzó a dedicarse a hacer música. "El primer año no tuve bandas porque no conocía a nadie. Luego con Tomás Vilche y Tulio Simeoni decidimos armar 'Los Hombres en Llamas'. Fue la primera banda donde comencé a hacer mis canciones", explica Herrera.
    "Cuando llegué a La Plata había muchas bandas experimentales y eso me voló la cabeza y como que hay un espacio para poder mostrar o hacer lo que a vos te gusta. En Comodoro es mucho más difícil llevar a cabo proyectos artísticos porque la ciudad corre por otro lado. La actividad no corre por la inversión en el arte lamentablemente", contrasta.
    En ese sentido, Shaman celebró el avance de bandas como Abelardos y Los Cheremeques que se han posicionado como "los líderes de la resistencia". "No he visto muchas bandas en vivo. He visto a Los Cheremeques, Cosecha Especial y Alakrán Márquez. También escuché mucho y me gustó 'Astra', que es donde toca Julián Márquez, el hijo de Alakrán y es muy lindo que sean como los nuevos líderes de la resistencia en Comodoro", analiza.
    "Ellos tomaron la posta de los 113 Vicios en cuanto a la masividad. No sé si en estilo sino en el sentido de que es una banda joven que convoca a una gran cantidad de gente en Comodoro. Me gusta que siempre haya bandas en Comodoro y, la verdad, es que me hubiera gustado estar allá y poder generar eso. Es genial. Es la ciudad de uno y está bueno ver qué se está generando toda una movida cultural diferente", agrega.
    "Para mí que estén ellos allá es muy positivo desde cualquier punto de vista. Comodoro necesita de las mentes creativas de muchas personas porque de un momento a otro tendrá que reinventarse porque el negocio del petróleo, es muy inestable. No es algo que se mantiene y la ciudad tendrá que ver la manera de resurgir y de las mentes creativas y de las personas que aman a esta ciudad va a surgir un nuevo Comodoro. Entonces, las mentes creativas y los artistas son los que tienen que resistir y bancarla esta parada, pero es muy lindo ver cómo hay gente que está dispuesta a dar su vida por tratar de cambiar su ciudad", subraya.

    Como destaca Sharman, Los Cheremeques ha sido una de las bandas que más crecimiento ha tenido en los últimos años y uno de sus integrantes Gastón Artigas es otros de los comodorenses que partió a estudiar, pero que en forma paralela fortaleció en Buenos Aires su faceta artística.
    "Comodoro es muy hostil hacia lo cultural porque está construida en base al trabajo petrolero y en exceso. La actividad cultural es concebida como un espacio de entretenimiento para poder mostrar el material", analiza.
    "El circuito cultural comodorense es difícil. Hay muchas localidades que tienen más resuelta esta cuestión y está muy lejos, lo que complica llevar y traer músicos. Pero el nivel musical de Comodoro es muy alto y es algo muy destacable. Al no tener muchos lugares para tocar, la gente se las ingenia para salir adelante. Me parece que ante tantos obstáculos haya tanta fuerza por abrir esos espacios y generarlos. Que hacen falta es indudable toda esa energía no se puede canalizar de manera correcta", rescata.
    También marca el contraste entre Comodoro y ciudades de mayor densidad demográfica como Buenos Aires o La Plata. "Acá tenés que asistir a una sala de ensayo porque vivimos uno arriba del otro y se pierde esa mística del garaje o del sótano que estás pasado de calor y eso no existe en Capital. Es imposible disfrutar de ese ritual donde vos estás con tus amigos transpirando pero estás contento sin que nadie te moleste. Eso en las grandes ciudades no pasa. En cambio, en Comodoro todavía persiste esa mística musical", considera.

     


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