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Una vaca que da leche... de soja
 


Se llama la vaca mecánica, y procesa porotos de soja para producir leche de ese origen.

Se llama “la vaca mecánica”, y procesa porotos de soja para producir leche de ese origen. La firma marplatense Sojamet Borgatti propone la creación de locales de la firma KeSano, que comenzarán a instalarse en abril.

La firma marplatense Sojamet Borgatti -los inventores de la “vaca mecánica”, una máquina procesadora de porotos de soja- impulsa la apertura de tres locales “KeSano” en la ciudad de Buenos Aires para la venta de productos elaborados derivados de leche de soja. Con una inversión inicial de u$s 200.000, el proyecto busca expandirse a través de franquicias.

Para abril está prevista la apertura del primer local de ese nombre, un negocio que consiste en montar una pequeña fábrica para industrilizar derivados del poroto de soja y en el mismo local, comercializar alimentos para una vida sana, como productos dietéticos, orgánicos o naturales.

KeSano busca expandirse a partir de franquicias con tres formatos: desde un despacho de alimentos hasta locales que puedan albergar un restaurante y la venta de otros productos y delivery. Los distintos tipos de locales requieren la compra de la máquina que “ordeña” los porotos de soja y de inversores dispuestos a desembolsar entre $60 y $120 mil para iniciarse o expandirse en el negocio de la vida sana.

Según comenta Pedro Segura, socio gerente de la empresa Sojamet Borgatti, el retorno de la inversión sería de un año, con posibilidades de ampliar la capacidad de producción en cualquiera de los tres tipos de locales.

Sojamet Borgatti se ocupa del mantenimiento de las máquinas, y de la capacitación sobre el uso y las recetas posibles a partir de la “vaca mecánica”.  


Desde 1986

Sojamet Borgatti comenzó a desarrollar las primeras “vacas mecánicas” a partir de 1986, para alimentación animal.

Posteriormente, se logró una máquina que produce leche de soja y derivados de excelente calidad para consumo humano. Son artefactos de baja complejidad, no requieren de personal especializado, son autolimpiantes y están completamente construidas en el país con acero inoxidable.

El proceso para obtener la materia prima es simple y tiene costos bajísimos: a partir del procesamiento del poroto de soja con agua se elabora la leche de soja, que permite en forma directa preparar bebidas saborizadas o enriquecidas, yogures, cremas y helados.

Del tofú, el queso resultante de la leche de soja, se puede obtener mayonesa, ricota, helados y cremas. Del otro derivado, el okara (la parte más fibrosa de la semilla), se obtienen alimentos similares a carne, como milanesas.

Pero Pedro Segura va más allá: “Nosotros consideramos que nuestro país tiene un gran futuro no sólo como productor de soja, sino también en la realización de productos alimenticios derivados de la misma. Tanto para exportar como para consumo interno, porque los costos son bajísimos.

Un kilo de porotos de soja cuesta 0.60 centavos y se puden producir 10 litros de leche más 2 kilos de okara, el equivalente a lo aportado por 2,5 kg de carne, que ronda los $15”.

Es cierto que el público no está acostumbrado a consumir este tipo de comidas, pero KeSano propone educar al consumidor en las ventajas medicinales que tiene la soja.

“En Sojamet apuntamos a que las máquinas sean adquiridas por pequeños emprendedores o entidades de bien público –explica Segura–. Porque no sólo sirven para alimentar a mucha gente, sino que también ofrecen una oportunidad de trabajo en la elaboración de los alimentos.

Hemos presentado la “vaca mecánica” en distintas dependencias del gobierno, sin que despertara interés. Es una pena, porque sería una solución para mucha gente.”  


Catorce máquinas

Sin embargo, entidades privadas como el Rotary Club Internacional y su filial local, acaban de comprar catorce máquinas por un valor de u$s 200.000 para donar a través de Cáritas en comedores de Bahía Blanca, Catamarca, Entre Ríos, Santiago del Estero y Tucumán.

Además, en enero fueron vendidas tres máquinas al gobierno de la provincia italiana de Lucca. “Es una miniplanta que se quedará en el país. Será donada a dos comedores, uno en Mar del Plata y otro en Buenos Aires.

También, siempre a través de nuestra gran relación con el Rotary, recibimos un pedido de Perú por 16 máquinas más y otro de Bolivia y Costa Rica, que aún no cotizamos”, dice Segura.

Entre los proyectos futuros, Sojamet acaba de firmar un convenio con la Universidad de Mar del Plata para investigar y desarrollar la máquina necesaria para elaborar miso, otro derivado de la soja.

Las “vacas mecánicas” cuestan entre u$s 2.200 y 8.000, según su capacidad de producción de leche de soja: desde 50 a 250 litros por hora. Lo característico es que, a diferencia de la mayoría de los productos que se encuentran en el mercado que surgen a partir de la harina de soja, en este caso se trata de derivados de la leche.  


Tres socios

Sojamet Borgatti está compuesta por tres socios: Mario Borgatti, Pedro Segura y Miguel Colombo. Borgatti es un apellido asociado a la industria metalúrgica y al desarrollo de implementos y maquinarias agrícolas en Mar del Plata desde el año 1948.

Mario Borgatti, ingeniero industrial, fue el introductor de molinos eólicos de alta potencia en Argentina. Desde 1986 se abocó a la producción de leche de soja.

Primero para la alimentación de animales y en 1987 desarrollaron el primer equipo para producir leche para consumo humano. A partir de su instalación en un laboratorio en Mar del Plata, comenzaron la investigación sobre elaboración de alimentos a partir de la leche de soja.

Así nacieron los primeros helados de soja con 18 gustos, yogurt, mayonesa, salsa golf, milanesas y salchichas, entre otros. Por lo que se ve, la soja sigue dando sus frutos: su bajo costo, seguido al auge del consumo saludable, la convierten en una propuesta interesante para muchos empresarios.

No en vano las grandes marcas ya lanzaron diversas opciones, desde el aceite Sojola de AGD, el preparado para milanesas de Blancaflor, Ades de Unilever Bestfoods y el nuevo helado de Trifutti de Persicco.

La oferta es variada y marca la tendencia sobre un público que cada vez está más ávido de información y productos para obtener una mejor calidad de vida.  


Crédito:

Por Laura Litvin, publicado en la revista Fortuna (19/03/04)
 



   
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