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Presentaron 930 inventos argentinos
 


Aladelta económico. Para hacer vuelos deportivos. Es de fibra de vidrio y de fácil fabricación. (Foto: Gentileza SECYT).

Un aparatito avisaría a los poco memoriosos cuándo les corresponde tomar un medicamento. Otro alertaría a las mamás que el bebé está por sufrir de muerte súbita.

Para los docentes, habría un corrector automático de exámenes; para los que gustan de los desafíos en el aire, un aladelta de muy bajo precio; para la gente del campo, un "molinete" que aumenta el rendimiento de las cosechas. Y los fanáticos del fútbol, podrían acceder a mirar el juego desde la perspectiva de una pelota con cámara de video.

¿Son tan sólo ideas extrañas? Para nada. Se trata de algunas de las ideas viables que fueron pensadas por argentinos y que están compitiendo en el concurso nacional de productos innovadores, organizado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (SECYT) y el Ministerio de Economía. Ayer por la tarde ya se mostró el catálogo de productos y de varios prototipos disponibles.

Un enfoque tradicional diría que se trata tan sólo de un concurso de inventos para personas muy creativas. Pero el concurso —que se realiza por primera vez en el país— apuesta a más, señaló a Clarín Pablo Sierra, coordinador institucional de la SECYT.

Se busca otra perspectiva: que los dueños de ideas originales también piensen en cómo producir y comercializarlas. Y que no las soluciones que se creen no "queden atadas con alambre".

El concurso (www.innovar.gov.ar) recibió 2.270 inscripciones por Internet. Después, se presentaron 930 proyectos (varios ya están patentados), de los cuales 905 fueron evaluados por un jurado que está integrado por Hugo Kogan, el inventor del Magiclick; Amalia Koss, especialista en Patentes de la Agencia de Promoción Científico-Tecnológica, y Reinaldo Ostroff, asesor del directorio del Banco Nación, entre otros, que calificarán los proyectos según su altura inventiva, originalidad, y su factibilidad comercial.

A los que alcancen el primer, segundo y tercer puesto, se les otorgará 30.000, 15.000 y 10.000 pesos, respectivamente, durante un acto que se llevará a cabo en el Centro Cultural Borges el 1ø de setiembre, en el marco de la Tercer Jornada de Diseño. El resto de los concursantes podrían acceder a la exposición de sus productos y a créditos.

Muchos de los proyectos despiertan intriga y asombro por su originalidad. Otros, en cambio, podrían competir con productos parecidos que ya están en el mercado, pero que se importan. Es decir, el concurso también sirve para alentar la sustitución de importaciones.

Algunos tienen que ver con la medicina o con la veterinaria. Por ejemplo, Ricardo Arturo Bellini diseñó una prótesis para la cadera. Augusto José Caporelli tuvo la idea del "Memopill", que no sólo guarda pastillas sino que también tiene un sistema de ayuda para cumplir con la toma correcta de un fármaco.

Y alguien se ocupó de la dentición de las vacas. Ibar Federico Anderson diseñó una prótesis dental que alargaría la vida reproductiva de los animales.

También hay proyectos para prevenir enfermedades, como el "Freezer OK", de Alejandro Ameri y Héctor Pastori: un aparato que permite saber si un freezer perdió, en algún momento, la capacidad de mantener los alimentos congelados. No usa energía eléctrica.

En el campo, se podría usar al molinete acarreador —una idea de Omar Ferraris—, que al no aplastar a los granos permite que se coseche más de lo habitual.

Y si de especies vegetales se trata, Germán Barbagallo creó un lugar para que las plantas exóticas vivan con el mismo clima de su origen: una estructura de vidrio en la que se producen lluvia con relámpagos, niebla, luz de luna, y amaneceres.
 


Originales proyectos de los alumnos de las escuelas técnicas

Un grupo de chicos de la Escuela de Educación Técnica Número 1 de Junín, provincia de Buenos Aires, pensó una solución para cuando las personas en sillas de ruedas tienen que subir escaleras.

Diseñaron un modelo de rampa móvil que se coloca de manera paralela a la escalera. En ningún momento la persona con discapacidad deberá abandonaría la silla de ruedas, ni tampoco necesitaría la ayuda de otra.

El proyecto de la rampa compite en la versión especial para las escuelas técnicas del concurso de productos innovadores. Los ganadores finales recibirán premios otorgados por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica, que depende del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Habían recibido 129 proyectos y se seleccionaron a 10 finalistas.

Entre los proyectos presentados, se encuentra el biodiesel con aceite usado, de un grupo de la Escuela Agropecuaria de Tres Arroyos, que permitiría reemplazar al gasoil. En la Escuela Técnica 469 de Rosario, también apuestan a desarrollar un combustible alternativo con aceites minerales en desuso.

Otro equipo, que pertenece a la Escuela de Educación Técnica Nro. 1, de Saladillo, ideó el "Bloketon", que aprovecha la celulosa de los residuos de cartón de cajas de embalaje. Con ese material, se podrían fabricar bloques para construir viviendas.

Para hacer que las máquinas-herramientas que se usan para enseñar sean fáciles de transportar, en la Escuela de Educación Técnica Nø 11 de Zapala, en la provincia de Neuquén, crearon un prototipo de bajo costo y liviano. Otros pensaron una mermelada de bajas calorías y alimentos con carne de conejo.  


Crédito:

  • Por Valeria Román. Publicado en el Diario Clarín. (25/08/05).
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