Comodoro Rivadavia - Chubut Argentina
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Barrio Nuevo, vida nueva

 


Es conocido el esfuerzo de la mujer Boliviana. Se las ve trabajando en la ciudad, y al finalizar la jornada laboral ponen el hombro tanto como el hombre, para construir, para trabajar, para todo.

Conocido como Barrio Nuevo, esta radicación de familias bolivianas asombra hasta sus propios vecinos por la rapidez con la que levantan sus casas.

Fruto de la colaboración, del esfuerzo y la solidaridad, las familias radicadas en el sector aprovechan hasta la última luz del día para levantar las paredes del futuro hogar.

Construir las viviendas de forma cooperativa es una costumbre que traen de su Bolivia natal. Organizados, cada uno aporta lo suyo en el tiempo que queda de sus obligaciones laborales.

Y cada uno significa todos, porque allí las mujeres preparan la mezcla, acarrean los baldes y ponen el mismo esfuerzo que los hombres de la comunidad para levantar ladrillo a ladrillo.
 


Reproducción de la cultura

El modo de cooperar viene arraigado en una larga tradición. En Bolivia cuando una pareja de jóvenes planea formar un hogar, los padres del "pretendiente" deben hablar con los padres de "la pretendida".

Si hay acuerdo entre las familias, se comienza con la búsqueda del terreno para el hogar, y entre toda la familia ayudan desde los cimientos. Luego vendrá la fiesta de boda donde los novios también reciben ayuda en dinero y en todos los elementos para equipar la casa: (muebles, electrodomésticos) y hasta animales. Ese es un modo de celebrar las costumbres y tradiciones.

No es extraño que radicados a más de 3.000 kilómetros de su tierra conserven con mucho esfuerzo y fe esos vínculos invisibles con la patria.

Peregrino Escobar llegó a Comodoro hace 47 años y hoy ve con mayor alivio como puede encontrar sus propias referencias e identificarse con los pares.

Cuando Peregrino llegó, no había bolivianos en la ciudad y se le hacía difícil la vida, extrañando su tierra, sus orígenes. Hoy los vecinos de aquel país se establecieron en esta como en tantas ciudades patagónicas, atraídos por el trabajo.

Peregrino hace honor a su nombre y nos acompaña en un recorrido del sentido profundo de sus creencias.

"Aininaku" en lengua quechua significa "tú me ayudas, yo te ayudo", entonces todos saben quienes colaboran y esos serán -en el futuro- quienes reciban también ayuda, nos cuenta Peregrino sobre la costumbre.
 


Barrio Nuevo, vida nueva

La tierra donde se levanta el barrio fue comprada por las familias a través de una inmobiliaria. Una vez que cada uno tiene su porción de tierra legal comienza la construcción.

En el lugar sufren la falta de servicios básicos (agua, luz, gas) pero están esperanzados en que los contactos iniciados con el área municipal pueda ejecutar los tendidos de servicios correspondientes. Sin embargo estas carencias no frenan la tarea que terminan cuando el día termina.
 


Seguir... a pesar de los obstáculos

Hay una realidad a la que no escapan los comodorenses, nativos o no.

Allí nos cuentan como el esfuerzo también genera preocupación. En la comunidad del barrio Nuevo, hombres y mujeres madrugan para trabajar.

Madrugan y atraviesan largos caminos hasta llegar a un transporte. Ese trayecto, muchas veces se tornó peligroso y fueron víctimas de la violencia y el vandalismo, "cosas que ni ellos mismos quieren mencionar, quizás por vergüenza y son cosas con las que siguen luchando" dice Peregrino.
 


La fortaleza de la mujer

Es conocido el esfuerzo de la mujer Boliviana. Se las ve trabajando en la ciudad, y al finalizar la jornada laboral "ponen el hombro tanto como el hombre, para construir, para trabajar, para todo" dice don Escobar sin ocultar el orgullo por la mujer compatriota.

Promediando la tarde, cuando regresan de sus obligaciones comienza el otro trabajo, aprovechando hasta la última luz del sol para levantar las paredes.

Muchos habrán insinuado en tono de duda sobre el modo y la velocidad con la que construyen las casas.

Todo es fruto del esfuerzo "nos damos una mano entre todos nosotros con mano de obra" dice el paisano sin dejar de señalar que "la mujer boliviana es una muy buena administradora, es la que sabe el tema del bolsillo, lo que tenemos para comer, para los chicos, para la ropa, para comprar material" dice Escobar resaltando la figura femenina.

La imagen de la mujer no sólo se respeta en la vida cotidiana, también en la creencia y la gran fe puesta en las múltiples imágenes de la Virgen.

Famosos por la persistencia en sus promesas, a la Virgen se encomiendan para lograr la "casita" y no dudan en trabajar noche y día para poder -ellos mismos- cumplir con esa promesa; "creer o reventar, ellos prometen a rajatabla y trabajan duro para lograr lo propuesto y tienen su casita" dice don Peregrino Escobar de una costumbre que tiene mucho para imitar.  


Crédito:

  • Publicado en el Diario Crónica. (01/10/07)
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