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En el vuelo, un cajón de lustrabotas como regalo
 


Un periodista mexicano sorprendió al Papa con un obsequio diferente.

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  • Le regalaron un típico sombrero mexicano -con la imagen de la Virgen de Guadalupe y la del continente americano bordadas-, que enseguida se puso; dos rosas blancas, varios libros, chocolates, café colombiano, un par de zapatillas para que esté cómodo en su primer viaje a México -donde recorrerá el país de Sur a Norte y pisará ciudades nunca antes visitadas por un pontífice-, y algo sin precedente: un cajón de lustrabotas.

    Como ya es tradición, después de que se terminó de servir el desayuno en el Airbus A330 de Alitalia que lo llevó de Roma a La Habana, el Papa se trasladó a la parte trasera del avión. Allí se quedó casi una hora para saludar, sacarse selfies y dialogar informalmente con los cerca de 76 periodistas que viajaron en el vuelo papal.

    El momento más emotivo fue cuando un cronista se arrodilló e inclinó para lustrarle los zapatos. Noel Díaz, periodista mexicano del canal El Sembrador - Nueva Evangelización, antes le contó su conmovedora historia.

    Nacido de madre soltera en una casa de cartón de Tijuana, ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos, Noel comenzó a trabajar de chico como lustrabotas cuando se enteró, a los ocho años, de que no podía hacer la primera comunión porque su mamá no tenía dinero para comprarle la ropa: "Yo me dije: «Tengo que trabajar para conseguir un cajón para lustrar botas». Y así trabajé para conseguir dinero y comprarme un pantalón y una camisa para hacer la primera comunión". Noel, que fue deportado dos veces de Estados Unidos, pero que soñaba con vivir y trabajar allí, ahora es un directivo de una industria óptica y vive en Los Ángeles, donde fundó un canal de televisión y seis estaciones de radio, en los que trabaja de voluntario.

    No sólo le regaló a Francisco un cajón de lustrabotas -símbolo de esos descartados a los que no hay que olvidar-, sino que después se inclinó ante él para lustrarle los zapatos, en medio del estrecho pasillo del avión y ante los ojos sorprendidos de todo el mundo. "«Ahora voy a ser el lustrabotas del Papa», le dije. Y él me dijo que sí", contó a LA NACION más tarde, sin ocultar su emoción. "Quise recordarle que hay mucha gente que trabaja, gente honesta, que no sale en las noticias, que está ahí y que lucha día a día por llevar el pan a la mesa", explicó. Noel, casado y padre de tres hijos, también le regaló a Francisco un libro escrito por su padre, donde el Papa le dejó escrito, con su pequeña letra: "Gracias por su ejemplo, rece por mí".

    Cuando, en otro momento de la recorrida, un periodista le preguntó: "¿Cuándo nos va a llevar a Rusia?", Francisco, que está trabajando diplomáticamente para superar viejos conflictos con las grandes potencias, contestó juntando las manos: "Rusia y China están en mi corazón, recen por ello". Cuando otra periodista, al pasar, le advirtió: "Cuidado con los rusos, que son duros", al principio Francisco no dijo nada. Pero luego reaccionó con humor: "Con un poco de vodka allí y un poco de tequila allá", todo podrá solucionarse, rió.

    A los periodistas argentinos presentes en el vuelo los sorprendió con una pregunta crucial: "¿Cómo terminó San Lorenzo-Boca? Sé que hubo goleada, pero ¿cómo fue?", insistió, y comentó a las carcajadas que, en todo caso, siempre era mejor "comer pizza [perder con Boca] que comer caldo de gallina", en alusión a River.
     


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