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Biomecánica, La ingeniería detrás de los atletas
 


Las competencias de natación olímpica hace rato que dejaron de ser una simple prueba.

Las competencias de natación olímpica hace rato que dejaron de ser una simple prueba en la que alguien se arroja a una piscina y trata de nadar una distancia determinada lo más rápido posible; en la actualidad se trata de tecnología, ingeniería y hasta medicina de primer nivel.

En los Juegos de Beijing 2008 se puede apreciar una evolución en la disciplina difícil de imaginar hace unos años, hoy por hoy el nadador no parece ser más que un banco de pruebas por medio del cual ingenieros, médicos y entrenadores verifican o no sus más originales ideas en pos del oro olímpico.

Ya todo se sabe del tan efectivo como polémico traje LZR de Speedo, responsable de la gran mayoría de récords mundiales este año, para un total de 44 desde su lanzamiento en febrero pasado.

Así, cuando se habla del LZR hay que hablar de la intervención de la Nasa en su diseño, de Dinámica de Fluídos Computacional (DFC) y de costuras ultrasónicas (sin hilo) para reducir la fricción, todo en búsqueda del mejor tiempo.

El traje cuenta además con una estructura que mantiene el cuerpo del nadador en la mejor forma hidrodinámica, es decir, que el competidor mantendrá la mejor postura dentro del agua sin importar cuán cansado esté.

A ello se suman placas de poliuretano que ayudan al desplazamiento y la flotación al ser muy ligeras.

Si alguien se encuentra con un Speedo vacío en el suelo de un vestuario, no verá un trozo de tela plano, sino un traje que mantiene la forma humana.

Un nadador necesita al menos 20 minutos y dos asistentes para colocarse esta segunda piel y se puede apreciar en la pileta del "cubo de agua" de Pekín lo ajustados que son. Los competidores luchan para quitárselo y debajo aparece la piel enrojecida.

"Puedo volar a través del mundo, puedo levantar un automóvil, puedo hacer cualquier cosa con mi Speedo LZR", bromeó hace unas semanas Ryan Lochte, quien estableció cuatro récords mundiales en abril pasado, en piscinas de curso corto.

La vestimenta se complementa en la mayoría de los casos con los anteojos Sidewinder and Aquasocket, con cubierta de caucho termoplástico, y la gorra Aqua-V, creados también para reducir la resistencia en torno a la cabeza de los competidores.

Como si todo eso fuera poco, los médicos y deportólogos también idearon distintos procedimientos para saber qué ocurre en el cuerpo de un nadador.

Al menos ese el caso de los responsables del equipo estadounidense, que sugieren a sus pupilos que no se demoren más de tres minutos entre que salen de la piscina tras una competencia y llegan a la alberca de relajación.

La guía que distribuye el Comité Olímpico de USA indica que ello se debe a que apenas llegan se les extrae una muestra de sangre para determinar sus niveles de ácido láctico.

Dicha información "ayuda a nuestros científicos deportivos a analizar la carrera y proveer al nadador y su entrenador con información valiosa".

Claro que los expertos no tuvieron en cuenta los requerimientos de la prensa, ya que menos de tres minutos para hablar con todos los medios del mundo en la llamada "zona mixta" parecen poco.
 


Ingenieros para los clavadistas

Ante el gran nivel de competencia mostrado por varios clavadistas dentro de la Copa del Mundo de la Federación Internacional de Natación, muchos de los países aprovecharon para poner en práctica nuevas estrategias de trabajo para mejorar el nivel de sus clavadistas.

Equipos como el de Inglaterra, Australia y China contrataron a un equipo de ingenieros biomecánicos, cuya función fue la de capturar en video y usar un programa de computación, gracias al cual se puede detallar cada movimiento de los atletas durante la ejecución del clavado, asignando números y fórmulas que permiten perfeccionar la trayectoria e indicar en dónde y cómo se puede mejorar para obtener más puntos y perfección.

"El sistema es muy sencillo y práctico, nosotros conectamos la cámara a la computadora y se graba el momento del clavado; luego nuestro programa decodifica la imagen y transforma los movimientos en coordenadas por segundo y con ello vemos en dónde falló la ejecución y si se debió a una mala posición, mala salida, o cuál fue el problema".

"Con este sistema podemos mejorar las posturas y la forma como los clavadistas saltan; la prueba está en Thomas Dailey, quien con tan sólo 13 años, ya lo hicimos uno de los mejores del mundo gracias a nuestro sistema", dijo Jocey Zeller, biomecánica del equipo inglés de clavados.

El equipo chino por su parte, cuenta con un equipo de nueve ingenieros biomecánicos que se han encargado de estudiar perfectamente los físicos de sus deportistas y les han diseñado un plan de entrenamiento para poder conseguir las ejecuciones perfectas. Incluso, en esta gran actuación que está teniendo la selección china de clavados se le atribuye a su trabajo gran parte del éxito obtenido por los atletas.

De acuerdo con Keller, biomecánica del equipo inglés, los programas no son caros y podrían ser utilizados por todos los equipos, no obstante, algunos prefieren dejarlo a la escuela clásica y rechazar este tipo de tecnología que no sienten tan necesaria.

"Por ejemplo, nuestra selección nunca había destacado en esta disciplina, y ahora con el apoyo que se está dando para formar un gran combinado para los Juegos de Londres 2012, se incluyó este sistema de biomecánica y, tan sólo en un año de aplicarlo, ya conseguimos calificar a cuatro clavadistas para Beijing 2008", dijo.

La realidad es que la tecnología se involucra cada vez más con la preparación de los atletas en su aspiración por alcanzar la gloria olímpica y, en el caso de Beijing 2008, serán varias las selecciones de diversas disciplinas que, gracias a las nuevas tecnologías consigan el objetivo de ganar medallas y romper records mundiales.
 


Créditos:

  • Publicado en el Sitio Urgente 24. (12/08/08)
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