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Estaño: lo que el mundo le debe a este soso metal gris

 


Entrado el siglo XIX, el metal encontró una nueva encarnación: la lata.

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  • El estaño fue la base de la primera gran revolución tecnológica del hombre. Gracias a su bajo punto de fusión, este metal relativamente abundante fue uno de los primeros en ser fundido poniendo una roca en el fuego.

    Los metalúrgicos de hace más de 5.000 años descubrieron que la mezcla de estaño y cobre hacía un metal mucho más duro y durable que si trabajaban con ellos separados, uno que se podía moldear en hojas que -crucialmente- mantendrían su filo.

    Habían descubierto la primera aleación del mundo. La humanidad comenzó a abandonar sus armas de piedra y herramientas.

    La edad de bronce había comenzado.
     


    Padre del peltre

    Incluso cuando pasamos del bronce al hierro, y luego a la era industrial, el estaño se mantuvo en el centro de la cultura humana, como descubrí en el impresionante Salón de Peltreros de Londres.

    El moderno edificio es el hogar de uno de los más antiguos gremios de Londres: la Excelentísima Compañía de Peltreros.

    La primera referencia a la empresa es de 1348 y, como su nombre indica, está dedicada a los productores y trabajadores del peltre, otra aleación del estaño, combinada esta vez con pequeñas cantidades de cobre, antimonio, bismuto o, a veces, plomo.

    El peltre era una alternativa más barata al oro y la plata, le explicó a la BBC Andrea Sella, profesor de química en University College de Londres, mientras admirábamos enormes y adornados trofeos, placas y jarras.

    Pero la popularidad del peltre -y por lo tanto, del estaño- cayó rápidamente, ya que en el siglo XVIII comenzó la producción en masa de vajillas de porcelana.
     


    De la lata a la electrónica

    Entrado el siglo XIX, el metal encontró una nueva encarnación: la lata.

    De hecho, desde sus principios, al final de las guerras napoleónicas, las latas eran hechas predominantemente de hierro o acero. Pero eran enchapadas en una pizca de estaño, con el fin de proteger el hierro de su talón de Aquiles: el óxido.

    Hoy en día, muchas latas han prescindido del estaño por completo, cambiándolo por un revestimiento de plástico o aluminio.

    Pero eso no quiere decir que la aventura del hombre con el estaño haya terminado.

    Con los años hemos descubierto todo tipo de formas nuevas y muy diversas de utilizar este versátil metal. La más evidente es en la industria electrónica, el mayor usuario moderno del estaño.

    "El estaño es el pegamento que mantiene la mayor parte de nuestro mundo eléctrico pegado", comenta Sella, refiriéndose a la placa base de un computador.

    "Mira esto, se parece a un paisaje urbano", dice, trazando las pequeñas carreteras doradas que corren entre los chips de silicio y otros componentes que se levantan como bloques de torres de la superficie. Señala las diminutas gotas plateadas de soldadura en cada cruce.

    "Si calientas la soldadura, se derrite", explica. "Puedes poner una gota abajo y hacer una conexión eléctrica entre dos alambres. Hay muy pocas otras cosas que combinan un bajo punto de fusión y la falta de toxicidad".

    Paradójicamente, si bien el estaño puro no es venenoso, algunos de sus compuestos orgánicos pueden ser increíblemente tóxicos.
     


    Pinturas tóxicas

    El estaño se encuentra en la misma columna de la tabla periódica que el carbono y es capaz de imitar el comportamiento de éste en la construcción de los compuestos químicos orgánicos que son la base de la vida.

    Los compuestos orgánicos de estaño son sustancias que no se encuentran en la naturaleza. Muchos están siendo ampliamente utilizados como fungicidas e insecticidas, pero su uso genera controversia.

    Durante muchos años una de las variedades de estos compuestos, el tributilo de estaño, fue utilizado en pinturas especiales antiincrustantes. Estas fueron creadas para que los percebes y las malas hierbas no crecieran en los cascos de los barcos. Su incrustación desacelera las naves y puede aumentar el consumo de combustible de forma sustancial.

    Estas pinturas antiincrustantes a base de estaño eran muy eficaces. El problema era que los compuestos de estaño eran tan tóxicos que causaron terribles daños al ambiente marino.

    Según algunos estudios, tan sólo un nanogramo de tributilode estaño por litro de agua podría tener efectos biológicos dañinos.

    En 2008, la Organización Marítima Internacional prohibió cualquier uso de estos compuestos en el medio marino.

    Sin embargo, un primo del tributilo de estaño se utiliza en la producción de uno de los plásticos más comunes: el cloruro de polivinilo o PVC.

    Los compuestos de estaño se utilizan para estabilizar el plástico, para que no se ponga amarillo o negro ni se vuelva frágil cuando se calienta para moldearlo en formas tan útiles como las tuberías de drenaje.
     


    La revolución del vidrio

    Otro gran usuario del estaño es la industria del vidrio, gracias a una revolución en la producción de vidrio que comenzó en Reino Unido en la década de 1950.

    Tuve la suerte de conocer a Ted Fletcher, un venerable químico dedicado al estaño, quien formó parte del equipo que refinó este nuevo y radical proceso en la entonces empresa familiar de vidrio británico, Pilkington.

    Mientras toma una taza de té, Ted, de 91 años de edad, me dice cómo llegó por primera vez a tener un indicio de que algo se estaba tramando hace más de 60 años, mientras trabajaba en una empresa de fundición de estaño en el norte de Inglaterra.

    "Pilkington comenzó a utilizar nuestro estaño", me dijo. "¿Por qué necesitaban estaño si nunca antes lo han utilizado?", se preguntó.

    Ted descubrió la razón cuando se fue a trabajar a la compañía de vidrio en 1956.

    La fabricación de vidrio era un proceso con calor intenso, sucio, peligroso y el trabajo involucraba tornar vidrio fundido sobre una enorme plancha de acero. Alastair Pilkington, quien por coincidencia tiene el mismo apellido de la familia fundadora, estaba convencido de que debía haber una mejor forma. Tuvo la visión de verter el vidrio fundido en una tina de estaño fundido.

    La compañía invirtió años de investigación y grandes recursos en el desarrollo de lo que se conoce como el "proceso de vidrio flotado".

    La gran apuesta de Alastair Pilkington dio sus frutos.

    La firma hizo millones instalando plantas y dando licencias para operaciones de vidrio flotado en todo el mundo.

    Alrededor del 80% de vidrio plano en el mundo ahora se hace mediante el proceso de vidrio flotado.

    Ahora muchas de las patentes de vidrio flotado de Pilkington han caducado y, como tantas empresas británicas innovadoras, la compañía fue adquirida por un rival extranjero.

    Y el sitio de Cowley Hill, donde se abrió la primera línea de producción de vidrio flotado en el mundo en 1961, se encuentra en proceso de cierre.
     


    Créditos:

     



     
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