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Economía

Solidaridad y profesionalismo: el éxito del argentino que marca tendencia en Hollywood y el mundo
 


La calidad del calzado, el buen gusto del diseño y, sobre todo, el valor humano del concepto, llevaron a las alpargatas a las pasarelas del New York Fashion Week y a ser tendencia en la revista Esquire.

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  • Alejo Nitti es uno de los creadores de las alpargatas Toms. La idea nació como una iniciativa para ayudar a Margarita Barrientos, pero acabó conquistando los pasarelas y los balnearios más exclusivos.
    Separado de ese primer proyecto, este emprendedor serial continúa apostando a los negocios con compromiso social. Cómo y por qué generar empresas en las que todos ganen.

    Su vida es una sucesión de ideas locas, entusiasmo, trabajo y concreción de eso que antes parecía imposible. Alejo Nitti (37) se muestra convencido de las cosas en las que cree y no le molesta ir a contramano de la corriente. Es creativo y soñador, pero tiene foco. Entiende lo que la gente quiere y las funciones que debe tener una empresa: generar riquezas y compartir ese éxito con acciones solidarias que construyan un propósito común entre empresarios, clientes y comunidad.
    En su idea de compromiso social no teme ceder rentabilidad a cambio de ayudar a quienes lo necesitan. Está convencido de que todas las personas buscan sentirse parte de algo más importante que el mero consumo de un producto o de un servicio.
    Bajo esta convicción, sumada a la pasión por el polo, es que comenzó su carrera emprendedora. Lo acompañó un socio estadounidense con quien compartía el amor por caballos, Blake Mycoskie. Juntos crearon Toms, una marca de alpargatas que nació con un modelo muy particular: el One for One. Es decir, por cada par de alpargatas que se vendía, otro era donado a niños carenciados.

    Así, de 10 mil pares que se vendieron al comienzo, pasaron a 1 millón, en solo un año. Al cabo de 6 años más, las ventas alcanzaron los 10 millones, lo que les valió la antención de The New York Times.
    Con semejante éxito, Blake y Alejo, no solo pudieron ayudar a los chicos del comedor de Margarita Barrientos, sino que repartieron calzados por el resto de la Argentina y a otros 50 países alrededor mundo.
    La calidad del calzado, el buen gusto del diseño y, sobre todo, el valor humano del concepto, llevaron a las alpargatas a las pasarelas del New York Fashion Week y a ser tendencia en la revista Esquire. Las Toms se convirtieron en un must have y conquistaron el corazón de estrellas de Hollywood de la talla de Anne Hathaway, Bradley Cooper, Joe Jonas, Emma Stone, Jennifer Garner, Keira Knightley, Tom Felton, Paris Hilton, Chris Pine, Mila Kunis y las hijas de Angelina Jolie y Madonna; entre muchos otros.

    A pesar de todo, Alejo comenzó a querer hacer otras cosas. Por un lado, deseaba poder ayudar a los emprendedores que siempre buscan su consejo y visión; pero también deseaba crear una empresa nueva.
    En ese nuevo camino también innovó, cofundó Idea.me, una plataforma de financiamiento colectivo, que nació con "la misión de generar un espacio para fomentar y desarrollar el talento latino" y eleven.me "una agencia de emprendedores para emprendedores". También compró y reformuló una empresa de turismo con compromiso social a la que logró revitalizar, en tiempo récord, gracias a la profesionalización de su planta y a poder embeberla de un propósito: ayudar.
    Así, desde Aleani Travel, se propuso el desafío de, por cada 100 dólares en ventas, salvar un metro cuadrado de bosque, o donar un kilómetro de salud de un hospital móvil, viajes para un tratamiento y un kit escolar. El gasto corre 100% a cargo de la empresa y no se traslada al precio al cliente.
    Hasta ahora la compañía no para de crecer.
    En una charla exclusiva con Infobae, Alejo Nitti hace un repaso de su historia y explica cuán rentable es hacer las cosas bien y con mucho corazón.

    -¿Cómo comienza tu vida emprendedora?
    -Mi historia emprendedora comienza cuando era chico. Hice un montón de cosas en el camino de mi carrera como contador. Empecé a jugar al polo, a vender caballos y monturas y demás. Luego hicimos el primer club de polo en Glasgow, Escocia y de ahí el gran salto a un buen emprendimiento, como fue fundar Toms, en 2006.

    -¿Cómo se te ocurrió armar una empresa que fabrique alpargatas... para el mundo?
    -Con mi socio americano se nos ocurrió vender alpargatas para poder ayudar a Margarita Barrientos. Unas chicas que juntaba ropa para el comedor nos decían que era poco lo que les servía porque la mayoría de las cosas estaban rotas o los talles no les servían. Entonces pensamos 'hagamos una compañía en la que fabriquemos alpargatas y, por cada par de calzados vendidos, le regalamos otro a Margarita'. Así empezamos.

    -¿Nació enteramente de una inquietud solidaria, de poder ayudar a otros?
    -Sí, totalmente. Empezamos por querer tener un modelo de negocio exitoso porque, obviamente necesitábamos que pudiera crecer y funcionar porque solo así si íbamos a poder ayudar a que los chicos tuvieran cosas nuevas y del talle que necesitaban.

    -Con el diario del lunes sabemos que funcionó y que fue un gran éxito. ¿Les cerraron rápido los números para poder hacer realidad la idea inicial de este One for One?
    -Al principio fue difícil porque, no solamente estábamos probando un modelo de negocios, sino que además estábamos en un rubro – de los zapatos, de la moda – del que no sabíamos absolutamente nada. Así que fue el doble de trabajo. Fundar la marca, aprender a hacer el producto y crear el modelo de negocio, todo al mismo tiempo. Lo lindo del proceso es que los valores e ideas con los que nos lanzamos, se siguen manteniendo hoy, 11 años después, con una compañía que vende a todo el mundo.

    -Si hay un consejo que uno escucha, en charlas para emprendedores, es que hay que emprender en un vertical que uno conozca mucho. Pero vos me contás que empezaste empresas en rubros que te eran totalmente ajenos.
    -Sí, y mi socio también. Yo creo que es en esa creación de valor en la que uno tiene que trabajar y, con profesionalismo, desarrollar el negocio y el modelo que se pretende hacer. El producto termina siendo el merchandising de ese concepto. Así fue como creamos la marca y el modelo de negocio. El zapato terminó siendo una excusa para hacer que el modelo funcione, a partir de ahí se crearon otros productos como anteojos, café y un montón de cosas que hicieron que la marca y el concepto siguieran creciendo.

    -¿Cómo hicieron para lograr transformar un producto regional, como las alpargatas, en una tendencia del jet set internacional?
    –El foco principal, cuando uno desarrolla un emprendimiento, es que el producto logre ser el mejor. Hay que trabajar de sol a sol, 24 hs por día, soñar con brindar la calidad más alta que sea posible. Esto vale tanto si es un producto o un servicio. Lo que uno genera se tiene que "vender solo".

    -¿Qué enamora al consumir? ¿La calidad?
    -Sí, totalmente. Es decir, el secreto está en el producto, en hacer lo mejor que uno pueda. Eso se ve reflejado en toda la cadena de valor, desde los empleados hasta los proveedores, los clientes, los negocios que tienen que vender después el producto. Todos deben estar alineados en un mismo objetivo.

    -Y es un concepto que también llevaste con éxito a tu nueva compañía: calidad y solidaridad.
    -Sí. En Latinoamérica hay una gran falta de profesionalismo, y en esto me siento incluido, en un montón de aspectos. Lo más importante es siempre rodearse de los mejores. Ese es el gran secreto. Y cuando digo "los mejores" no me refiero a que sea necesario tener un gran presupuesto de recursos humanos. Hay que intentar identificar a esas personas que tienen muchísimos potencial. Con formación profesional, en unos años, pueden ser los mejores, a veces es tan solo no se les dió la oportunidad de demostrarlo. En eso nos enfocamos, en identificar a esos recursos y apoyarlos para que puedan cumplir objetivos que benefician a todos.

    -¿Cómo se transita el camino hacia un mayor profesionalismo?
    -Lo más importante es cumplir lo que uno dice, alinearse con los valores que uno tiene. Muchísimas veces hay atajos que se pueden hacer, que son económicamente más rentables. Pero nunca hay que ir por los atajos, lo que hay que hacer es trabajar duro para que la compañía pueda generar valor agregado.
    Muchísimas veces el negocio, el día a día, nos lleva a tratar de rentabilizar lo antes posible, pero siempre, lo más importante para sostener la sustentabilidad en la compañía, es generar valor. Cuando eso se da, los escalones que uno tiene que atravesar son muchísimos más bajitos que cuando uno no lo hace. También la buena organización y los procesos son vitales para la expansión. Hay que lograr un trabajo de equipo profesionalizado para poder escalar.

    -¿Qué cambios ha hecho el consumidor en los últimos años? ¿Qué cosas mira y exige?
    -Yo creo que todos quieren ser parte de algo, todo el mundo. Cuando un producto o un servicio logra dar ese sentido de pertenencia, alcanza una fidelización que después es difícil de romper y que le gana a muchas barreras publicitarias, a las grandes marcas y al marketing. El cliente debe sentirse identificado con la marca, entonces ahí el producto termina siendo el merchandising del grupo de afinidad que uno tiene.

    -¿En ese "pertenecer a algo" están también las acciones solidarias? ¿Sentir que, con nuestra compra, estamos ayudando a alguien?
    -Los negocios en el mundo fueron cambiando. Antes uno dependía siempre de un banco, de un préstamo, hoy en día, con el crowdfunding (financiamiento colectivo) se puede realizar un fondeo global. En 2011 fui inversor original de Idea.me, hace 18 meses tomamos el control de la compañía y estamos llevándola al lugar en que queremos que esté, en toda Latinoamérica.
    Potenciamos emprendedores, los apoyamos y les enseñamos a crear un proyecto desde cero. Con este proyecto pueden conseguir financiamiento sin depender de un inversor ángel. La herramienta es además muy útil para el emprendedor porque puede hacer un sondeo inicial de cuál es la recepción que tiene su producto o servicio en la gente. El objetivo de la plataforma es crear compañías genuinas que generen fondos que puedan invertirse en proyectos que realmente cambien el mundo.
    Mientras las compañías crezcan vamos a tener más recursos para poder ayudar. Y a la larga termina siendo el objetivo que nos alinea a todos: a nosotros, como creadores de la compañía; al equipo que trabaja; a los consumidores, que saben que por un mismo precio y con un mejor servicio están haciendo el bien y son parte de un movimiento con un concepto diferente.

    -¿Cómo te proyectás hacia el futuro?
    -Me proyecto disfrutando de mi familia, con más tiempo para ellos. He trabajado muchísimo todos estos años, viendo crecer las compañías que tenemos en el país. La verdad que apostamos fuerte a emprender en Argentina y Latinoamérica, lugares que son muy difíciles. Pero también hay que ver que hay muchas oportunidades, no solo de negocios, sino de abrirles la puerta a la gente que tiene ganas de trabajar y de hacer cosas por los demás. Me siento muy contento y con muchas ganas de cambiar el futuro de Argentina.

     


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