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Historia Argentina

Martín Alonso Pinzón
 


Los hermanos Pinzón.

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  • Martín Alonso Yáñez Pinzón (Palos de la Frontera, Huelva; 1441-ibídem; 31 de marzo de 1493) fue un navegante y explorador español, codescubridor de América.
    Navegó junto con Cristóbal Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo, en 1492, como capitán de La Pinta. Martín Alonso nació en Palos de la Frontera, en el seno de una familia acomodada de marineros. Era el mayor de los hermanos Pinzón y arrendatario de las carabelas La Niña y La Pinta. Sus hermanos Vicente Yáñez y Francisco Martín Pinzón fueron en el primer viaje colombino como capitán de La Niña y maestre de La Pinta, respectivamente.

    Los Pinzón, del siglo XV, fueron una familia de origen aragonés que llegó a Andalucía procedente de Asturias, siendo su apellido, según algunos, deformación del término Espinzas o Pinzas. Para otros, en cambio, el verdadero apellido familiar sería Martín, nombre del abuelo, marinero y buzo en Palos, al que apodaron Pinzón cuando quedó ciego, ya que era muy aficionado a cantar y recordaba a los palermos a los pájaros pinzones, a los cuales cegaban para que cantaran mejor. Su hijo, también marinero e igualmente llamado Martín, fue el padre de los tres hermanos que participaron en el Descubrimiento de América: Martín Alonso, Vicente Yáñez y Francisco Martín Pinzón.

    Martín Alonso navegó desde niño en las carabelas palermas como grumete. Vivía en una casa situada en el antiguo camino real a la Rábida, y contrajo matrimonio con una vecina de la localidad llamada María Álvarez. Tuvieron cinco hijos. Dos varones: Arias Pérez y Juan Pinzón, que participarían en varias expediciones por tierras americanas, y tres niñas: Mayor, Catalina y Leonor, la pequeña, que sufría frecuentes ataques de lo que antiguamente llamaban "gota coral" y que actualmente se denomina epilepsia.
    Su experiencia náutica y audacia le proporcionaron buenos rendimientos en sus viajes de cabotaje, llegando a tener una holgada situación económica. Tuvo embarcaciones propias en las cuales se enrolaban los marinos de toda la comarca. Su fama y prestigio crecieron gracias al éxito de sus expediciones comerciales y al valor que demostró en las armadas de guerra durante el conflicto entre Castilla y Portugal.

    Cuando el 23 de mayo de 1492 se leyó a los vecinos de Palos la Real Provisión por la cual ordenaba a ciertos vecinos entregar dos carabelas a Colón y partir con él en el viaje que iba a realizar por mandado de Sus Altezas, la villa acata la decisión real pero no la cumple. Los marinos palermos no estaban dispuestos a embarcarse en aquella aventura con un desconocido sin prestigio.
    Independientemente de la mayor o menor credibilidad de las ideas colombinas, los hombres de Palos difícilmente secundarían al genovés a no ser que le acompañara algún navegante respetado en la villa. La aventura, arriesgada y, sobre todo, de ganancia incierta, no presentaba grandes atractivos. La oposición y la indiferencia por el proyecto colombino debieron ser generalizadas, ya que el mandamiento real implicaba suficientes razones para sembrar el descontento en el puerto palermo.

    Esa era la situación cuando Martín Alonso Pinzón regresó de Roma de uno de sus habituales viajes comerciales. Como ya se ha apuntado, era un hombre pudiente, diestro en el arte de navegar y de gran prestigio en la comarca. En definitiva, Pinzón poseía los atributos de los que carecía Colón, presentándose, por tanto, como el complemento ideal del futuro Almirante para realizar la expedición. Fueron los franciscanos de La Rábida los que pusieron en contacto al genovés con el marino palermo. También Pero Vázquez de la Frontera, viejo marino de la villa muy respetado por su experiencia, y amigo de Martín Alonso, influyó de manera importante para que Pinzón se decidiera a apoyar la empresa.

    Sea cual fuere el motivo del palermo, lo cierto es que, cuando decide incorporarse a la expedición, inicia una enérgica campaña de apoyo al viaje, animando a enrolarse a los más destacados marinos de la zona, entre otros a los Quintero de Palos o los hermanos Niño de Moguer. Desechó los barcos que había embargado Colón, contrató otros navíos más adecuados y aportó de su hacienda medio millón de maravedíes, la tercera parte de los gastos en metálico de la empresa.
    Ultimados los preparativos, el 3 de agosto la Santa María, La Pinta y La Niña partieron del puerto de Palos. Colón en su Diario sólo tiene palabras de elogio para Pinzón, que se muestra muy eficaz en la resolución de los problemas que van surgiendo.

    Iniciada la travesía, Martín Alonso asumió el mando de La Pinta y llevó consigo a su hermano Francisco como maestre. Su hermano Vicente iba como capitán de la carabela La Niña. Colón anotó en su diario palabras elogiosas al comprobar sus cualidades y eficacia ante los problemas. Durante la travesía, demostró sus habilidades de marinero cuando resolvió el problema de la rotura del timón de La Pinta y pudo seguir navegando.

    Martín Alonso había sugerido a Colón el cambio de rumbo el 6 de octubre de 1492. Este cambio llevó a la expedición a Guanahani, en las Bahamas, el 12 de octubre de 1492. Hasta ese momento, las relaciones entre ambos líderes eran buenas. Circunstancia que acabará cuando, tras el descubrimiento, el ya Almirante Colón se muestra excesivamente celoso de su gloria y privilegios. Así, al adelantarse el 21 de noviembre Pinzón con La Pinta, separándose de las otras naves y llegando antes a la isla que buscaban, en el diario de a bordo consta que Colón no duda en hacer contra él graves acusaciones, aunque según muchos testimonios de los pleitos colombinos parecen ser infundadas.

    La enemistad entre ambos marinos se mantuvo ya hasta el regreso. Pinzón se reunió con Colón el 6 de enero de 1493, cuando la flota volvía a España. En la vuelta el barco de Pinzón se volvió a separar a causa de una tormenta, y Pinzón llegó al puerto de Bayona (España) antes de que Colón arribara a Lisboa. Desde Bayona se dirigió a Palos, donde llegó el 15 de marzo de 1493, coincidiendo en esa jornada con la llegada de la carabela La Niña procedente de Lisboa. Martín Alonso llegó a Palos muy enfermo y sin entrar directamente en Palos, es trasladado a una heredad que tenía en terrenos de Moguer. Los testimonios en los citados pleitos de Hernán Pérez Mateos y Francisco Medel indican que finalmente fue trasladado al Monasterio de La Rábida donde, según su voluntad, al morir es enterrado en la Iglesia de dicho convento franciscano.  


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