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Reino Animal

El hornero, pájaro nacional
 


El Hornero, Ave Nacional.

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  • Es el Pájaro Nacional Argentino, o Ave de la Patria, según lo determinó la Asociación Ornitológica del Plata en 1928, cuando resultó elegido en una encuesta organizada en conjunto con el diario La Razón. Ajeno a los grandes títulos, el hornero es un ave que se destaca por sus nidos de barro que construye en postes de alambrados, tendidos eléctricos, aleros de casas y cualquier saliente donde se encuentre a gusto.

    El hornero se encuentra en casi todo el país, tanto en el campo como en zonas pobladas. Mide unos 20 cm, es de color pardo y tiene el vientre un poco más claro. La hembra es un poco más pequeña. Tiene merecida fama de trabajador, ya que sus nidos son una pieza digna de admirar. En pocos días, a veces sólo una semana, estas aves construyen laboriosamente sus nidos en otoño. Para eso, la pareja trabaja en conjunto transportando barro y paja con sus picos, sin descanso hasta terminarlo.

    La construcción es realizada de afuera hacia adentro. Cuando la base está lista, los horneros comienzan a levantar la pared en semicírculo. Por fin queda cerrada la bóveda, con una puerta en forma de ojiva en uno de sus lados. Ésta será la entrada al nido que siempre se ubica en el ángulo más protegido de los vientos. Las aves cierran esa ojiva en espiral y así construyen una pared interna que forma la cámara de postura, con terminaciones de plumas y hojas en su interior. Para finalizar alisan las paredes interiores con el pico o con ayuda de una pajita cuando el barro aún está fresco. Una vez que endurecen, estos nidos son tan sólidos que permanecen en buen estado, a pesar de hallarse a la intemperie, durante varios años.

    Allí la hembra pondrá sus 3 a 6 huevos blancos, que incubará en forma conjunta con su macho. Ellos forman una única pareja en toda su vida. La incubación que dura unos quince días, está a cargo de ambos padres: mientras uno busca comida el otro mantiene calor de los huevos. Cuando el primero regresa le avisa con su canto al que está adentro y éste sale mientras el que acaba de regresar lo reemplaza en el nido.

    Sus pichones se crían en el interior y permanecen dos o tres meses en compañía de sus padres antes de hacer vida independiente. Cuando los pichones abandonan el nido, también lo dejan sus padres, que construirán una nueva casa para la próxima nidada.
    Esos nidos abandonados son rápidamente ocupados por otros animalitos que aprovechan estas construcciones para formar sus hogares, como ratones, golondrinas, gorriones, o jilgueros.

    Los horneros son muy diversos en apariencia y hábitos, aunque la mayoría presentan colores apagados. Los de la Pampa difieren de los que habitan las selvas de América del Sur. Algunas especies se han adaptado a la gran pradera cubierta de matorrales, incluso a la semidesértica, y otras a la selva más o menos tupida. Su color es pardo, con cuello rojizo, garganta blanca, pecho pardo claro, vientre blancuzco y cola rojiza.

    Sus vuelos son generalmente alrededor del nido para buscar materiales para su construcción o alimento para los pichones. Nunca se alejan, y cuando bajan al suelo andan a los saltitos. Son grandes insectívoros, buscan su alimento en la tierra, entre las hojas o en los campos arados. Comen sobre todo insectos: mariposas y larvas de mariposas, hormigas, arañas, gusanos, langostas, escarabajos, y de esta manera colaboran con el agricultor, ya que eliminan los insectos perjudiciales para las plantas.

    El hábitat del hornero incluye fundamentalmente las sabanas, parques, pastizales y claros de los montes. El agua es indispensable al hornero y ella determina su hábitat. En tierras húmedas podrá introducir su largo pico al acecho de insectos; con tierra húmeda podrá construir su nido. El hornero es un ave sedentaria; no migra. Es mansa, se arrima al hombre, se pasea por sus jardines y sus parques y ,como si aprobar ciertas modernidades, se instala en postes de teléfono, o vecinos a embalses y represas.Molinos, tanques de agua y pozos de las viviendas favorecen su instalación.

    Sobre su temperamento, puede decirse que son muy mansos y muy sociables. No le temen al hombre. Su pelaje no es muy llamativo y su canto tampoco se destaca, pero dicen que cuando un hornero construye un nido cerca de una casa, es símbolo de buenos augurios. Otro dicho popular afirma que donde hay un nido de hornero no caerán rayos ni centellas. El hornero inspira respeto y simpatía. Su título de Pájaro Nacional es uno de los homenajes que se le rinden.

    Elegido su ámbito, el hornero se esmera en defenderlo. Como el chajá, como la lechuza y como el tero, conocidos vigilantes de la llanura pampeana, el hornero emite sus gritos de alarma ante cualquier movimiento o ruido que pueda indicar la presencia del zorrino, la comadreja o cualquier otro depredador. Esta actividad de centinela, así como la de nidificación, búsqueda de alimento, entrenamiento de las crías, se llevan a cabo durante el día, pues durante la noche se refugia en los árboles para el descanso.  


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