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Historia

Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)
 


Domingo Faustino Sarmiento.

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  • Presidente de Argentina (1868-1874), político, intelectual y escritor, la influencia de Sarmiento se vio reflejada en decisivos aportes para la ampliación y el mejoramiento del sistema público de enseñanza en Chile y Argentina.
    A través de su vida, Domingo Faustino Sarmiento, tal vez uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes del siglo XIX, logró desarrollar plenamente sus vocaciones y convertirlas en realizaciones concretas por las cuales su memoria es guardada con respeto. Su interés por los asuntos públicos lo condujo a la presidencia de su país, Argentina; su preocupación por la educación del pueblo se expresó en decisivos aportes para la ampliación y el mejoramiento del sistema público de enseñanza en Chile y Argentina; y, como literato, escribió cincuenta y dos libros, entre ellos su obra más célebre, Facundo, que retrata fielmente la identidad de su patria y sus contradicciones.

    Sarmiento nació en un humilde hogar de San Juan, el 15 de febrero de 1811. Su instrucción primaria la recibió en una escuela pública de esa ciudad, donde sus maestros advirtieron la precoz inteligencia del niño e intentaron hacerlo ingresar en el Seminario de Córdoba, donde podría desarrollar de mejor forma sus habilidades. Fracasado éste y otro intento por permitirle al muchacho recibir una educación acorde a su capacidad, Sarmiento debió completar su formación mediante un esfuerzo autodidáctico de extensas lecturas y profundas conversaciones con adultos. A los doce años ya leía y escribía el latín casi a la perfección; y a los catorce, se desempeñó como maestro primario en una escuela rural que él mismo habilitó.

    La relación intelectual con sus tíos puso a Sarmiento en contacto con las ideas liberales, aproximándose a las posiciones de los unitarios bonaerenses, con quienes compartió valores culturales pero receló de algunos excesos del centralismo. Así, en 1829 se integró como teniente al ejército del general José María Paz, quien luchó por imponer la autoridad del gobierno porteño en las provincias del interior; pero la derrota de Chocón frente al caudillo riojano Facundo Quiroga, lo obligó a buscar refugio en Chile.

    Al llegar a Chile se empleó en diversos oficios anónimos, como dependiente de una tienda, minero en el Norte Chico y profesor; pero pronto sus artículos publicados en El Mercurio de Valparaíso le valieron el reconocimiento en los círculos intelectuales, especialmente en asuntos pedagógicos. La publicación de sus primeras obras literarias y la participación en polémicas con intelectuales de peso, como Juan Bautista Alberdi y Andrés Bello, consolidaron su prestigio y le valieron la confianza del gobierno que le encomendó la creación de la Escuela Normal de Maestros, primera en América Latina.

    Entre 1845 y 1848, el gobierno chileno lo envió a Europa y Estados Unidos para estudiar y evaluar distintos modelos de educación primaria para implantar en el país. Fruto de este viaje y su experiencia como educador, surgió su Método de lectura gradual (1849), que fue adoptado en las escuelas públicas del país hasta comienzos del siglo XX. Durante el viaje se encontró con otros exiliados argentinos, como Bartolomé Mitre, Florencio Varela y Esteban Echeverría, lo que reavivó su preocupación por el destino de su país.

    Luego de la caída de Juan Manuel de Rosas, en febrero de 1852, Sarmiento regresó a Argentina, acompañado de una bien ganada reputación y de una sensata propuesta para resolver definitivamente la pugna entre Buenos Aires y las provincias. Ingresó de lleno en la vida política de su país, como servidor público en asuntos educacionales y como legislador en su provincia y en el Senado de la Nación.

    Después de cumplir misiones diplomáticas en Chile, Perú y Estados Unidos, en 1868 Domingo Faustino Sarmiento fue elegido Presidente de la República argentina. Su administración, que se extendió hasta 1874, estuvo marcada por un decidido apoyo a la instrucción pública, por el fomento de la migración europea y por el alivio de la tensión entre las provincias. Concluido su período presidencial, Sarmiento continuó sirviendo a su país desde distintos cargos hasta su muerte en 1888, en Asunción, Paraguay.  


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