Como consecuencia de las intensas lluvias caídas días atrás, temporal que según se pronostica continuará, diversos arterias de la ciudad se convirtieron en grandes lodazales, en especial en barrios como Gran Jardín y Rotary 23, por lo que vecinos piden soluciones.

Pese al intenso trabajo que desarrolló durante toda la jornada de ayer personal Municipal en búsqueda de poner en condiciones las calles que se estropearon por la gran cantidad de agua caída, no se extendió hacia las arterias de los barrios de la periferia que resultaron seriamente perjudicadas algunas con grandes grietas y otras con importantes cantidades de lodo, tal el caso de muchas calles de los barrios Rotary 23, Vista Hermosa y gran Jardín como los más perjudicados; vecinos de los diversos sectores expresaron su indignación en forma pública y pidieron para que se realicen tareas de reacondicionamiento.

Además del pésimo estado en el que se encuentran las arterias de los barrios de la periferia producto del barro y el agua acumulada, también se pudo ver grandes cantidades de residuos, lo que es responsabilidad de los propios habitantes que no toman conciencia sobre el cuidado de las calles; en su reclamo público muchos vecinos hicieron mención a la falta de respeto de los propios habitantes para con el resto, “que pese a estar claros los horarios de recolección de residuos sacan la basura cuando quieren y son los perros los que rompen las bolsas y sumado al barro esto es un desastre”.
 

Reclamo

Los mismos vecinos que dieron a conocer la situación hablaron de la falta de compromiso con el servicio que prestan, de parte de taxistas y remiseros que muchas veces no quieren aceptar viajes a los sectores afectados por el agua; al respecto se dijo que si todas las semanas desde el Municipio se hiciera un mantenimientos de las calles sin asfaltar, la situación sería otra, “y seguramente los taxistas y remiseros que muchas veces no nos quieren llevar adoptarían otra postura ante nuestros llamados”.

Sobre el tema que “es el mismo de siempre” reiteró un vecino del barrio Rotary 23, añadió que efectuó el reclamo a las empresas de taxis y remises que atienden en su barrio y también con otra que en forma diaria utiliza desde su trabajo, “pero todo sigue igual, yo entiendo que los autos se rompen, pero es parte del trabajo que ellos decidieron hacer, yo también en mi trabajo expongo cuestiones personales, pero no me queda otra y trato de cumplirla sin perjudicar a nadie”.  

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Publicado en el Diario El Patagónico (16/08/06)