Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina
"Portal a los Hielos Eternos"

Colaboraciones - Carolina Podestá

"Nómades"

 


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Autor: Su opinión es importante:
"Marzo 12, 2003"

Mañana viajo a una región en el norte de Irak que se conoce por el nombre de triángulo, porque allí se juntan los límites de Irán, Irak y Turquía. Voy a buscar algo que en principio no me interesa: las huellas del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) que lucha en Turquía desde hace décadas por los derechos de los kurdos de ese país.

Lo que me tienta del viaje es que hay que atravesar durante una hora un territorio solitario en que se mueven los nómades. Probablemente son pastores alejados del discurso homogéneo y dominante del resto de los kurdos de aquí.

Quería antes de viajar, dejar por sentado algo: mi idea preconcebida de lo que encontraré en ellos. Me pasa muchas veces que llego a determinados lugares y personas, con unas ideas fantásticas que me hacen vivir mucho desencanto cuando compruebo cuán idealizada iba.

Hace poco vi una película kurda iraquí filmada en el año 2000 que hablaba sobre la tragedia de Halabja (el ataque con gases que Sadam Husein perpetró en esa zona en marzo de 1988).

La belleza de la geografía del film, estaba acompañada de una belleza difícil de encontrar de manera completa: un flautista, cuya familia había muerto por los gases, que toca música maravillosa en el techo de su casa mientras el sol enrojece.

La belleza en este lugar nunca es completa. Posiblemente la belleza nunca sea completa, pero no tan incompleta como en el Kurdistán que veo. La belleza kurda iraquí está en muchos lados y detalles, pero nunca más o menos junta o cercana. TEMO ESTAR COMPLICÁNDOLO.

Lo que espero de los nómades es una especie de belleza que se cierra en sí misma y que logra unir a diferentes elementos. Puede que sea una contradicción, pero busco la belleza de la espontaneidad. Imagino a los nómades como a hombres libres de información, como habitantes de las remotas islas Salomón, quienes se sienten tan indispensables para el mundo y por eso tal vez tengan más posibilidades de ser felices.

Y si lo pienso bien, el triángulo en que los nómades viven tiene forma de isla y eso me gusta.

Les cuento más a la vuelta.


No Nómades

"Marzo 15, 2003"

Dije que a la vuelta del viaje al triángulo iba a contarles sobre los nómades. Bueno, digo que no los vi. Que no habían llegado porque aún el sol es tibio en esta parte de Irak, donde las montañas son altísimas y la nieve se mezcla con las nubes.

Los pastores de la región me contaron sobre ellos: ahora están en el sur porque es más caluroso pero pronto llegarán por algunos meses. Los nómades más jóvenes desistieron de ese tipo de vida (ya rudimentaria sin televisión, calefacción o teléfono) y se fueron a la ciudad. Sin embargo, su móvil esencia reaparece cada verano y se unen a sus familias por un trimestre para guiar a las ovejas.

Los nómades fabrican sus propias tiendas que son de color negro y los locales llaman rashmal. No tienen dinero pero canjean alimentos y juguetes para los niños por el queso y yogur que sacan de sus cabras y la venta de animales en los mercados de las ciudades cercanas.

Así que los nómades son lo que no vi y lo que pude oír. Han inspirado en las personas que me hablaron sobre ellos, una sonrisa dulce como la que se le da a un chico inofensivo. Por todo esto, mi fantasía de antes del encuentro continúa intacta, y ahora tengo más miedo de que al ver a los nómades, destruya todo lo que pensé sobre ellos.

 



 
Colaboradores
C. Podestá
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