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Geografía

Un chubutense comandará la base Esperanza en Antártida
 


El mayor del Ejército Marcos Ramírez, nacido en Sarmiento y que durante cuatro años formó parte del Batallón de Ingenieros 9 de Río Mayo.

El 20 de diciembre, el rompehielos Almirante Irizar zarpará desde el Puerto de Buenos Aires hacia la Antártida con las provisiones necesarias para las bases argentinas para todo el año.

Ese mismo día partirá también hacia el continente blanco el mayor del Ejército Marcos Ramírez, quien será a lo largo de todo el año próximo el jefe de la base Esperanza.

«De acuerdo a los registros, soy el primer chubutense que va a estar a cargo de una base antártica», dice orgulloso este hombre nacido en Sarmiento hace 44 años, que hizo sus estudios primarios en la Escuela 28 «Independencia» de esa localidad y que entre 1999 y 2002 revistó en el Batallón de Ingenieros 9 de Río Mayo.  


58 personas a su cargo

A partir de su llegada a la Antártida, Ramírez estará a cargo de un grupo de 58 hombres, mujeres y niños que vivirán la incomparable experiencia de permanecer durante un año en uno de los lugares más inhóspitos, fríos, solitarios y seductores del mundo.

Allí las temperaturas oscilan durante el verano entre los 10° y 25° bajo cero, y en invierno entre los 15° y 40° bajo cero, con vientos que alcanzan picos cercanos a los 300Km/h; al tiempo que durante el verano es de día durante las 24 horas, mientras que en invierno amanece cerca de las 11 y el sol se pone poco después de las 15.

Allí permanecerán a lo largo de 2005 desarrollando sus proyectos, trabajando, investigando, estudiando y viviendo en camaradería.  


Vida familiar

«La base Esperanza tiene la particularidad de ser la única bajo jurisdicción argentina donde conviven familias a lo largo de todo el año», explicó Ramírez, quien pasará su tercera «invernada» en el continente blanco: en 1991 fue como «logístico», es decir la persona responsable de organizar y coordinar las provisiones de manera tal que a ninguno de los habitantes de la base le falte nada a lo largo del año; mientras que en 1997 se desempeñó como 2° Jefe, ocasión en la cual, a falta de un odontólogo, el médico de la base, traumatólogo, le debió extraer una muela.

Previamente, había participado en media docena de misiones que se realizaban durante la temporada estival. «Es una vida difícil, pero muy apasionante», aseguró el chubutense.

«Allí yo aprendí la importancia de ‘el otro’: allí todos dependemos de todos», sentenció, al tiempo que aseguró que, de ser posible, «viviría no un año, sino toda mi vida en la Antártida».

La Base ofrece el paisaje de una pequeña comunidad antártica, donde habitan ocho familias completas, entre las que hay investigadores, docentes, mecánicos, operadores de radio, niños, adolescentes y «obviamente, un jefe», aclara Ramírez.

Quien sabe que tiene la enorme responsabilidad, entre otros menesteres, de que los grupos electrógenos funcionen, que no falte el agua, que no falle la calefacción de los hogares, que se recicle la basura y que se lleven adelante los estudios sismológicos, oceanográficos, geológicos y limnológicos.

Al tiempo que los niños tengan clases en la Escuela 38 -dependiente de la provincia de Tierra del Fuego-; que los adolescentes reciban el polimodal a través del Servicio de Educación a Distancia del Ejército (SEADE), o bien que LRA 36 Radio Nacional «Arcángel San Gabriel» emita su programación habitual por onda corta hacia todo el mundo.

Todo eso, en temperaturas largamente bajo cero, y sin olvidarse de que no les falten los pañales a los dos bebés que también forman parte de la comitiva.  


Reconocimiento

«No sólo es una responsabilidad, también es un honor y un privilegio ser elegido para este cargo», señaló Ramírez. Es que la Antártida, sin dudas, es un destino preciado por los hombres y mujeres de la fuerza: en el 2003, por ejemplo, más de dos mil hombres se postularon para cubrir las 60 vacantes en las diferentes bases.

En este marco, el miércoles pasado fue recibido por el presidente provisional del Senado, el también chubutense Marcelo Guinle, quien le expresó su reconocimiento y sus deseos de que tenga una exitosa gestión al frente de la estratégica base.

«Como hombre de Chubut y de la Patagonia siento la enorme satisfacción de que un hombre nacido y formado en nuestra tierra haya sido elegido para una tarea de tamaña responsabilidad», expresó el legislador tras el encuentro.

«No es menor la tarea que hombres y mujeres de nuestra Patria realizan día tras día en la Antártida. Sería casi ocioso abundar en el homenaje y reconocimiento que merecen todos aquellos que, desde hace cien años, aseguran la permanente presencia argentina en el continente.

Los testimonios de su sacrificio personal y la valía de los objetivos alcanzados significan ejemplos a emular para las generaciones de compatriotas del presente y del futuro», resaltó.  


Créditos:

Publicado en el Diario El Patagónico (01/12/04)

 



 
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