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Undaria en Chubut: una oportunidad a la deriva
 


Dispersión de la Undaria pinnatifida en el Golfo nuevo (Chubut).

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  • Hace más de 20 años en la costa de Puerto Madryn, se encontraron los primeros rastros de Undaria pinnatifida. A pesar de sus posibilidades industriales millonarias en alimentos, farmacéutica, cosmética y bio-combustibles, el alga todavía no se utiliza. Falta de voluntad política e inversión.
    De acuerdo con un estudio publicado por la Universidad Nacional de la Patagonia Austral en 2008, la Undaria es una especie calificada como invasora. Su proliferación mantiene la misma relación que su origen en la costa Argentina: el intenso tráfico naviero de embarcaciones internacionales que pueden traer el alga adherida al casco, o bien esporas de la misma en el agua de lastre (cuando los buques se desplazan sin carga, toman agua directamente del mar para adquirir peso y mantener estabilidad).

    En la actualidad y según el estudio, la Undaria se extiende desde Puerto Deseado (Santa Cruz) hasta el Golfo San Matías (Río Negro), en su paso ha logrado penetrar la Ría Deseado en Santa Cruz y recientemente se han encontrado vestigios en la costa de Mar del Plata. El alga Undaria posee una de las tasas de crecimiento más importante del ecosistema marino y es una de las especies más prolíficas en su tipo.
    Su extensión es tan amplia que ocupa territorios denominados “praderas”, ya que sus dimensiones se asemejan bosques submarinos los cuales se extienden hasta los 25 metros de profundidad. El principal producto de la Undaria es el wakame, una suerte de lechuga que se utiliza en países asiáticos para la sopa de miso.
     


    La colonización

    La costa patagónica y principalmente la ciudad de Puerto Madryn, debe su crecimiento económico y demográfico exponencial al tráfico marítimo, principalmente a la actividad pesquera de exportación y de cesión de licencias, para la explotación del recurso por empresas españolas y buques orientales (coreanos, chinos y japoneses).
    Hoy en día y gracias a la inmensa presencia de Undaria en el lecho marino, la principal actividad comercial de Madryn se ve perjudicada. Se dice que el alga ha tapizado el fondo marino de los golfos Nuevo y San Matías, impidiendo el crecimiento de flora y fauna marina nativa, ya que su gran porte no deja pasar la luz solar. La Undaria alcanza 1,70 metros, mientras que la flora autóctona no supera los 20 centímetros de altura.

    Todo esto trae consigo el peligro del equilibrio ambiental, ya que las especies que habitan el fondo oceánico se ven seriamente perjudicadas por la proliferación del alga. Esto afecta no sólo a la pesca a gran escala sino también la actividad de familias que practican la pesca artesanal, así como a las actividades turísticas como el buceo o simplemente el veraneo en las costas del Golfo Nuevo. Este último aspecto es el más palpable, ya que una vez desprendidas del fondo marino, las algas son arrastradas y depositadas en la orilla con cada marea.

    Una vez fuera del agua se descomponen rápidamente, despidiendo un olor característico y desagradable, depositándose a lo largo y ancho de las playas. Tal es así que hace más de diez años y sobre todo durante el verano, la Municipalidad se encarga de pasar palas cargadoras durante la mañana y la noche, para “limpiar” la playa.
     


    Mitigar la invasión

    Fernando Dellatorre, biólogo marino e investigador del Centro Nacional Patagónico (CENPAT- CONICET) sobre las posibilidades industriales y comerciales de la Undaria, explica que desde su punto de origen en Asia, y producto del intenso tráfico marítimo, la especie se encuentra presente en el mar Mediterráneo, la costa europea del Atlántico, América del Norte, el océano Pacífico, Nueva Zelanda, Australia e incluso la isla de Tasmania.

    En todos los casos, Dellatorre explica que los volúmenes son abundantes aunque “en Argentina las cantidades son enormes”. A pesar de esto no existen datos cuantificables sobre la extensión exacta de las praderas de Undaria en el país, ya que desde el Estado no se han incentivado esta clase de investigaciones. Frenar el avance de una especie invasora es virtualmente imposible, explica el biólogo, sin embargo la solución para el flagelo ecológico y económico de la Undaria tendría respuesta en su explotación comercial.

    “El procesamiento del alga tiene dos derivados importantes con demanda mundial y local, la industria de cosmética y de la salud y la industria de alimentos que toma el alga en forma directa” sostiene Dellatorre. Si bien la forma más común de explotación es el cultivo, en Puerto Madryn es posible la pesca del alga. “En 10 km de costa estimamos que hay 2.500 toneladas, en principio sobraría para abastecer el mercado interno”.

    En Argentina hay una importante comunidad de inmigrantes asiáticos así como adeptos del veganismo y crudivorismo, estos grupos principales consumidores de wakame. En sudamérica la demanda más grande la mantiene Brasil. Dellatorre explica que, a pesar de que la forma de producción más común es al cosecha, esto presentaría inconvenientes en Chubut. El hecho de que el cultivo implique optimizar el desarrollo del alga, haría imparable su proliferación, la cual ya significa un problema en la región.

    Sin embargo “la extracción del alga en praderas naturales, podría tener un impacto ecológico positivo, podría disminuir la agresividad de su proliferación. La pesca podría ser una forma alternativa de mitigar el impacto ambiental y generar fuentes de trabajo” explica Dellatorre. “Partiendo de la pesca, la industria del alga Undaria es mano de obra intensiva. Por sus características es imposible pensar en su extracción en otra forma que no sea la pesca artesanal. El procesamiento también es trabajo intensivo”.
     


    Hecha la ley, hecha la industria

    Las posibilidades comerciales que ofrece la Undaria son múltiples, relativamente económicas y factibles considerando que existe un mercado local. Asimismo en países como Brasil y Estados Unidos la veta comercial es mayor, de acuerdo con el biólogo Fernando Dellatorre.

    Carlos Pascuariello, diputado chubutense del Partido Justicialista, presentó en 2006 el primer y único proyecto de ley de promoción industrial de explotación de la Undaria pinnatifida. “El proyecto fue presentado hace casi 10 años en la Legislatura y todavía está en la Comisión de Recursos Naturales y Medio Ambiente.” La iniciativa impulsada por el diputado, busca poner freno a los efectos adversos del alga invasora sobre el ecosistema y la economía local, al tiempo que persigue generar incentivos fiscales, créditos y la dotación de infraestructura para la recolección, producción y comercialización a gran escala del alga.

    De acuerdo con un estudio de la FAO, la producción y extracción silvestre de la Undaria sólo para alimento, implica en Estados Unidos un rédito que ronda los 230 millones de dólares anuales y un consumo de 33 mil toneladas respectivamente, apenas un 10% de las casi 3 mil que existen en la costa patagónica. A pesar del dato, Pascuariello no duda en afirmar que “desde el Ejecutivo provincial, el Gobierno no hay interés sobre el tema. Mientras el proyecto de ley no salga de Comisión es poco y nada lo que se puede hacer con la Undaria.”

    Un diamante en bruto, la flor en el pantano y tantos otros lugares comunes se podrían utilizar para describir las oportunidades que, a pesar del daño que produce, brinda el alga Undaria. Restaurar el equilibrio natural, reforzar el turismo, generar puestos de trabajo e instalar a la Patagonia Argentina como competidor mundial en un mercado rico y de pocos jugadores. Todo eso se encuentra a la espera, tan lejos y a la vez tan cerca.  


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