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"Ciudad Luz"

Educación y Formación

La IA puede transformarlo todo (para bien o mal)
 


Cuadro al estilo de Rembrandt pintado por la IA.
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Sin dudas, 2023 fue el año de la Inteligencia Artificial. El desembarco del IA generativa de la mano de Chat GPT 4 de Open AI, Gemini de Google y Grok de xAI de Elon Musk expuso un avance sin precedentes en el campo y también la hipocresía de los líderes tech.
A fines de marzo, un documento apocalíptico firmado por grandes desarrolladores, inversores, historiadores, futurólogos y empresarios alarmó al mundo. “La IA podría devorar rápidamente toda la cultura humana —todo lo que hemos producido durante miles de años—, digerirla, y empezar a escupir un diluvio de nuevos artefactos culturales”.

La alarma la encendieron cuando salió al mercado Chat GPT-4 cuyo efectivo razonamiento simple, ya superador de todo conocimiento general, preocupó a muchos. La carta clamaba que se paralizaran concretamente las investigaciones sobre sistemas más potentes que aquel.
Tiempo después, los mismos inversores que alertaron en la carta y pidieron una pausa temporal de 6 meses como Elon Musk, Sam Altman y figuras de Google, cumplieron su palabra, retomaron su trabajo en el campo y promocionaron las salidas de sus propios chatbots y anunciaron avances y mejoras.

Un día antes de lanzar Grok, un chatbot un poco más “humanizado” con más personalidad, de IA desarrollado por xAI, el magnate Musk había concurrido a la primera cumbre Mundial sobre Inteligencia Artificial en Bletchley Park, al norte de Londres (Reino Unido) donde dijo al pasar: “La IA es una de las mayores amenazas de la humanidad".
Al mismo tiempo clamó "árbitro independiente, que pueda observar lo que están haciendo las empresas de IA y dar la alarma si hay dudas". Igual aclaró que las reglas no deberían aplicarse de una manera que "inhiba el lado bueno de la IA", en referencia a las mejoras significativas de las capacidades y contribuciones humanas en campos médicos y científicos y Medio Ambiente.

Según X, Grok-1 supera el rendimiento de GPT-3.5 (el disponible para uso gratuito) y modelos de IA comparables. A principios de diciembre, Google sorprendió a todos con Gemini, su modelo de lenguaje más avanzado para destronar a ChatGPT.
Su naturaleza multimodal lo hace mucho más versátil y sobre todo potente para competir con el resto de las inteligencias artificiales. Puede generar y comprender, operar y combinar a la perfección diferentes tipos de información, incluyendo texto, imágenes, audios, videos y lenguajes de programación.

Tiene una ventaja competitiva sobre sus rivales: el acceso a los datos y servicios de Google. Gemini puede aprovechar la enorme cantidad de información que Google tiene sobre el mundo y los usuarios, así como integrarse con otros productos de Google como Gmail, YouTube o Maps.
Los interminables anuncios de OpenAI (cofundado por Elon Musk), Microsoft, Google de Larry Page y Sergey Brin, Meta de Mark Zuckerberg y demás grandes “tech” e incluso start ups confirman el despliegue de una carrera descontrolada por crear máquinas que imitan la inteligencia humana.
 


Optimismo de la mano de Bill Gates

Si bien las autoridades tecnológicas dicen que IA busca mejorar significativamente las capacidades y contribuciones humanas, el avance y el aprendizaje que está exhibiendo en el mundo de la artes, preocupa a muchos.
Desde componer letras de canciones, poemas hasta interpretar música clásica e imitar con destreza pinturas de grandes artistas, su capacidad de generar y manipular lenguaje, ya sean palabras, sonidos o imágenes no tiene límites.

Está claro que algunas ya han superado la mediocridad. Hace tan solo unos años, los ordenadores, entrenados mediante algoritmos, podrían distinguir los animales y detallar sus rasgos sin conocerlos previamente. Ahora con relativa destreza y a paso veloz conciben nuevas pinturas imitando el estilo de eximios artistas, crean influencers falsos y hasta influyen en los resultados electorales.
Bill Gates días atrás, para aportar su voz al debate sobre el cierre del año, previó una ola masiva de innovación IA para el 2024. En ese sentido, destacó transformaciones significativas en la salud y la educación en los próximos años basadas en su visión de innovación que, según él, prolongó y mejoró la vida humana en el último siglo.

“Hoy somos mucho más productivos gracias a la revolución informática. Y las economías más prósperas avanzan con el impulso de industrias innovadoras que evolucionan para satisfacer las necesidades de un mundo cambiante”.
“Pero mi historia preferida empieza con una de mis estadísticas preferidas: desde el 2000, el mundo ha reducido a la mitad el número de niños y niñas que mueren antes de cumplir los cinco años”.
Resaltó la revolución el salud que motivó un nuevos mecanismos de administración de vacunas muy eficaces en los lugares más remotos del mundo y que logró reducir la inmortalidad infantil.

También gracias a la ciencia de datos cuya materia prima es la IA destacó la creación de nuevos fármacos, medicamentos contra el cáncer, y antibióticos más eficaces contra los bacterias cada vez más resistentes.
Respeto a la educación, el fundador de Microsoft intuye en la IA una potencialidad grandísima. La Inteligencia Artifical puede ofrecer un tutor personalizado para cada alumno. Ejemplificó con Khanmigo y MATHia y Somanasi. Éste último ya vio la luz en el plan de estudios de Kenia donde se amolda al contexto familiar y cultural de cada estudiante.

Aunque Gates no se refirió en esta ocasión al tema, la IA ha emergido como una herramienta poderosa para abordar los desafíos del cambio climático. Expertos ya la están usando para optimizar sistemas de energías renovables, como la eólica y solar y reducir la huella de carbono a través de la gestión energética. Y, acaso una de las más importantes, es la prevención de miles de muertes por distorsiones climáticas extremas mediante sistemas de alerta temprana.
Un claro ejemplo de esto fue la reciente evacuación preventiva del pueblo pesquero de Grindavik que evitó la muerte de 4.000 habitantes luego de que los sistemas de monitoreo predijeran la mayor erupción volcánica en los últimos 50 años en la península de Reykjanes, Islandia, tras los múltiples terremotos.
 


Pesimismo de la mano de Harari

Una de las voces más alarmistas respecto a los peligros de la inteligencia artificial es el historiador israelí mundialmente conocido Yuval Noah Harari. Si tomamos su palabras, queda claro que la Inteligencia artificial es una de las mayores amenazas de la humanidad. El mayor riesgo, según él, es su capacidad de generar contenido y tomar decisiones por sí misma. Ningún otro invento humano puede hacerlo.
“El régimen nazi se basaba en tecnologías como los trenes, la electricidad y las radios. No tenían herramientas como la inteligencia artificial. Un nuevo régimen en el siglo XXI tendrá herramientas mucho más poderosas. Así que las consecuencias podrían ser mucho más desastrosas. Es algo a lo que no sé si la humanidad podrá sobrevivir”.

Incluso aquellos reconocen que aún la humanidad no cuenta con sistemas de seguridad fuertes ni instituciones que perciben la diferencia entre la realidad y la artificialidad. El éxito de la IA y, peligroso para el ser humano, es la verosimilitud que infunde.
Un pausa "hasta que se establezcan sistemas de seguridad con nuevas autoridades reguladoras, vigilancia de los sistemas de IA, técnicas que ayuden a distinguir entre lo real y lo artificial, e instituciones capaces de hacer frente a la dramática perturbación económica y política (especialmente para la democracia) que causará", pidieron en la carta.

A diferencia de otros sectores, este, al ser relativamente nuevo, no tiene supervisión ética o legal real. Durante los meses de la supuesta "pausa" no se han visto avances legales ni éticos para abordarlo y, aun así, los líderes tech revolucionaron el mercado con sus tecnología más avanzada.
Es innegable que la IA este año impactó como nunca antes en nuestra vida cotidiana. Su evolución futura depende de cómo abordemos dilemas cruciales que nos impone. Los sistemas tan complejos y poderosos no deberían introducirse en las vidas de miles de millones de personas que no están preparadas para consumirlas.
¿Estamos dispuestos a arriesgarlo todo de la mano de Musk y aferrarnos al 20% de peligro?.Algo está claro: 2024 será el punto de inflexión de la IA.

 


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