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Turismo

Carlos Meléndez: “Vacaciones Felices nos mantuvo siempre ‘a la vanguardia’, fuimos ejemplo a imitar por empresas privadas y por organizaciones sindicales”
 


Tapa de cuadernillo de Vacaciones Felices. El avión no es casual, muchos niños eran trasladados en ese medio de transporte.

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  • El queridísimo Profesor Carlos Meléndez, emblema de “Vaca Feli”, nos cuenta acerca de las colonias de Gas del Estado y de su recuerdo de Mascardi.

    ¿Cómo llegó a Gas del Estado y a ser organizador de Vacaciones Felices?
    En los primeros años -1960 a 1965- de la Organización de Acción Social como un Departamento de la Gerencia de Relaciones Humanas, se contrataba a Profesores de Educación Física por recomendación “boca a boca”. Así, Alberto Laiño -Gerente de RH en 1960- conoció a Edvin Karlsson, este conectó a Manuel Sanchez quien a su vez se comunicó con Atilio Etchezar que llamó a Gustavo Morales y le pidió una lista de profesores para trabajar en la colonia de Médanos.
    Allí fue que aparecimos: Miguel Barceló, Rodolfo “Cacho” Blanco, Martha Ruiz de Erenchun, Yolanda Estarellas y yo.
    Así, en 1963 estuve en Médanos; en 1965 y 66 en Chelforó y en 1968 y 69 en el Campamento “Las Jarillas”, de Córdoba. En Marzo de 1969 Manuel Sanchez me invitó a integrarme al equipo que se desempeñaba en las oficinas de la calle Alsina. Demoré en darle la respuesta y recién en Octubre de 1969 ingresé a la empresa para trabajar en la organización de Vacaciones Felices, bajo la dirección de Manuel Sanchez. Años después se produce el ascenso de Manolo a la conducción de Acción Social y yo quedo a cargo de Vacaciones Felices. Esto quizás ocurrió en 1974.

    ¿Cómo funcionaba Vacaciones Felices? ¿Cuáles eran los objetivos de las colonias de los hijos de los trabajadores de Gas del Estado?
    Vacaciones Felices invitaba a todos los hijos de los agentes de Gas del Estado, entre 6 y 17 años, a participar en un contingente de 15 días, durante el verano, en algún lugar de nuestro país. Las colonias estaban conducidas por profesores de educación física que hacían participar a los chicos en toda una gama de actividades físicas, recreativas, expresivas y sociales, acordes con la edad. Se reconocían dos “especialidades”: la colonia para niños de 6 a 12 años y el campamento para adolescentes de 13 a 17 años.
    En cuanto a los objetivos – el profesor citó de manera textual, las redacciones consensuadas en los equipos de trabajos -. “La experiencia que el niño/joven debe concretar, estará realizada en un entorno de seguridad y que a la vez le permita:

    • a) Convivir en grupo coeducativo, con respeto y compromiso de conocer y cumplir lo deberes y derechos, en un marco democrático.
    • b) Permanecer y disfrutar en pleno contacto con el medio ambiente natural y social.
    • c) Actuar con alegría, gozando de una diversión sana en un ambiente recreativo organizado.
    • d) Encauzar la individualidad, acrecentando la autenticidad de todos sus actos”.
    ¿Quiénes fueron los creadores e impulsores de la iniciativa y cómo surgió la idea de realizar colonias de vacaciones?
    El Gerente de Relaciones Humanas, el Señor Alberto Laiño, hace una invitación a un grupo de jóvenes recién egresados del INEF “Manuel Belgrano” de San Fernando. Solo uno de ellos se muestra interesado, estoy hablando de Edvin Karlsson. En una entrevista le manifiesta su deseo de organizar una colonia de vacaciones, pero le aclara que no tiene ni idea de cómo hacerlo. A Karlsson le interesa y le formula una propuesta. Laiño la acepta y le allana el camino para implementarla a fines de febrero de 1961, en el Centro Deportivo Tigre. Laiño se encarga de invitar personalmente a empleados conocidos o relacionados con él. Consigue que 27 niños de ambos sexos sean los primeros participantes de un contingente de 15 días. Al año siguiente se amplió la oferta a dos centros: Tigre y Chelforo y en 1963 se ponen los cimientos: cuatro colonias en Tigre, Chelforó, Médanos y Conesa y un campamento en una quinta del profesor Canavessi en San Carlos de Bariloche.Tres contingentes de 15 días en cada lugar con niños provenientes de todo el País.

    ¿En qué consistía su trabajo en Vacaciones Felices?
    Me desempeñé en distintos centros y funciones. Cuando ingreso a la empresa, a las oficinas de Alsina, mis tareas consistían en organizar las necesidades de cada centro, solicitar las contrataciones de personal, transportes, alimentos y materiales necesarios para el funcionamiento. Paralelamente, debí repensar la inscripción y la revisión médica (que involucraba vacaciones Felices, Club de Niños de Tigre y Punta Lara) con los correspondientes grupos de profesores y los recorridos de micros. Todo ello fue evolucionando, modificándose y debimos mantener cursos de actualización y perfeccionamiento para los docentes “estables” y contratados. Todo ello dentro de un equipo de trabajo dirigido primero por Manuel Sanchez y luego a mi cargo.

    ¿Cómo evalúa la experiencia? ¿Qué fue lo que más le gustó?
    La experiencia fue única e irrepetible. Logramos darle una dinámica y una continuidad que nos mantuvo siempre “a la vanguardia” de este tipo de organizaciones. Fuimos ejemplo a imitar por empresas privadas y por organizaciones sindicales. Año a año, avanzamos con propuestas pensadas y discutidas y muchas veces experimentábamos en un centro, algunos lineamientos “nuevos” que luego de ser evaluados y corregidos, se aplicaban en todos los demás.
    El “equipo” que hacia ello, estaba compuesto por los Directores y Vicedirectores de todos los centros con quienes hacíamos dos reuniones anuales, en los meses de agosto y diciembre, amén de mantener fluidos contactos epistolares y telefónicos. Todo ello me encantó. También puedo decir qué no me gustó! Cuando sufrimos la inclusión de personas sin formación docente que intentó aprovecharse de nuestros conocimientos y nuestra organización para poner en prácticas otras ideas, sin fundamentarlas y sin trabajar para ver las bondades de su implementación.
    Un solo ejemplo bastará para identificar esas inclusiones: Una temporada desde una gerencia modificada políticamente, se nos impuso la división de sexos a partir de los 15 años. O sea, nos exigieron que los tres campamentos mayores, 15, 16 y 17 años se organizaran con sexos separados. Eso fue horrible.

    ¿Personajes que recuerde, rescate o valore por algún motivo?
    Dentro de la actividad docente, todos los Profesores de Educación Física que fueron Directores y Vicedirectores de centros. Dentro del apoyo administrativo, los múltiples agentes de la empresa que se brindaron en cuerpo y espíritu a acompañar colaborando intensamente con los equipos docentes y desde el punto de vista médico, la legión de profesionales que nos acompañaron, apoyaron y ayudaron a corregir rumbos. Fueron base indiscutible para tener grupos saludables, bien alimentados y bien cuidados.

    ¿Alguna anécdota que quiera compartir?
    Solo una y muy pequeña, para graficar con ello la diferencia que puede existir entre “formular una consigna” y los alcances del “implementación de una consigna”.
    En uno de los primeros traslados desde Buenos Aires a las colonias del sur, se debían cumplir detenciones para almorzar y una de ellas se hacía en el emblemático parador “La Estrella” sobre la Ruta 3 a la altura de Azul, Provincia de Buenos Aires. La consigna era controlar que todos los niños (que en la oportunidad vestían mayoritariamente remera celeste y pantalón vaquero) subieran rápidamente a los micros para continuar el viaje. Los profesores cumplieron con su parte, pero el Director, que se había demorado abonando la factura de la comida, al trasladarse hacia las unidades, se encuentra con un niño de remera celeste frente al kiosco de revistas.
    “¡Que hace Usted acá!”- le espetó autoritariamente – “¡Rápido, vaya a su micro!”-.
    Como el niño lo miraba azorado e inmóvil, sin entender por qué le decían eso, el Director le repitió –“¡Rápido, vaya a su micro!”- y recién allí escuchó que juntando fuerzas el jovencito le decía con un hilo de voz: “Yo estoy con mi papá en aquel auto”.
    El Director, amoscado, llegó al micro y les explicó a los profesores que habían presenciado el incidente. “Prefiero que lleguen con algún chico de más..., nunca con uno de menos ¡Vamos que estamos atrasados...!”.

    En relación a Mascardi: ¿Qué nos puede contar como organizador?. ¿Cómo fue su experiencia allí?
    Mi relación profesional fue “distinta” a la de otros profesores. Yo tuve la posibilidad de ser profesor de dos “cursos de Esquí”, pero no para enseñar a esquiar sino para conducir a los jóvenes “premiados” con dicha posibilidad, en todo el entorno que significaba la convivencia en el centro. Cuando llegábamos a las pistas, nos convertíamos en “alumnos” a las órdenes de los instructores de esquí. Estuve formando equipo con Yolanda Estarellas, profesora de Mayores en el Centro Deportivo Tigre, y Jorge Romanelli, médico encargado de toda la relación de Vacaciones Felices con los servicios médicos.
    Luego, tuve la responsabilidad de organizar un contingente con niños, hijos de obreros de Hidronor, empresa que construyó las represas de El Chocón y Cerros Colorados. En una relación que surgió no sé cómo, intentamos “vender” nuestra actividad al sindicato de dichos obreros. Se hizo esa sola experiencia.
    Después, llegué al Centro Turístico como un agente más, acompañado por toda mi familia (cuatro hijos pequeños) y estuvimos prácticamente solos, acompañados por el profesor Ángel Anchordoquy, Director de Punta Lara, que estaba haciendo un reemplazo al Director del Centro Turístico. Fueron tres situaciones totalmente distintas, pero en ellas pude disfrutar plenamente de la inmensa belleza natural del lugar y de las bondades de la construcción que Gas del Estado erigió allí. Es un lugar único.

    ¿Cree que en la actualidad se podría replicar una experiencia como Vacaciones Felices?
    En mi larga experiencia campamentil y, fundamentalmente, cuando me desempeñé como “profesor de profesores” en Vacaciones Felices primero y en el INEF “Romero Brest” después, fui acuñando una frase que usaré para esta respuesta:
    “En el mismo lugar, con los mismos chicos, con los mismos profesores, es imposible hacer dos campamentos iguales”.
    Llevándolo a la pregunta sobre la actualidad, en la misma Empresa (o similares) con los hijos de los empleados, con profesores de Educación Física, podríamos hacer colonias y campamentos. Nunca serían iguales a aquellos por lo que dije en primer lugar, pero seguramente serían excelentes experiencias.
    Los niños y los padres y los gerentes quedarían todos muy conformes. Solamente haría falta trabajar sobre el tema, dedicar tiempo y esfuerzo, disponer de todo el dinero necesario (que puedo asegurar, no sería demasiado) y estoy convencido que podríamos hacerlo.

     


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